Las disputas partidarias que profundizaron la crisis política en la ciudad e impactaron sobre la normalidad institucional

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Tras la decisión de Rins de acompañar a Juez se terminó de quebrar el frágil equilibrio en la alianza gobernante. La oposición, sin referentes que unifiquen para las elecciones del 2008, decidió sacar provecho de su confrontación con las políticas de Rins afectando la propia institucionalidad. También, la UCR rompió definitivamente sus vínculos con el Ejecutivo. Las mezquindades y flaquezas que pusieron en jaque el contexto político…

Por Pablo Callejón – La convivencia política en Río Cuarto ya pendía de un hilo delgado y con nudos frágiles, pero las mezquindades internas y disputas partidarias pusieron en jaque la actividad institucional de los próximos 6 meses. Desde la última elección provincial los riocuartenses observan azorados como se dirimen los proyectos de gestión y se afecta la planificación de la ciudad del corto y mediano plazo.
No hay límites, no parece haberlos. El microclima de despachos y pasillos políticos encendió la mecha de las expectativas sectoriales olvidando el reclamo social. Ya no hay ecos de cacerolas. Las voces de protesta enmudecieron ante un inédito proceso de confrontación que deja escaso lugar a los pronósticos sobre sus eventuales consecuencias.
Tras la decisión de Antonio Rins de priorizar sus intereses políticos particulares y acompañar a Luís Juez en la disputa provincial se terminó de quebrar el frágil equilibrio en la alianza gobernante. La Unión Cívica Radical que continuaba en el bloque esperando la excusa para irse la encontró en la postura del Intendente. El costo es altísimo: por primera desde el regreso de la democracia un gobierno es minoría en el parlamento local y sus proyectos de gestión -incluido el Presupuesto 2008- están en vías de ser encajonados.
Los ediles radicales olvidaron que forman parte de esta propuesta de gobierno y disputan con Rins sobre quien se desvió primero del rumbo previsto hace 4 años. Aunque los concejales no deben ser «levanta manos» como imaginó despectivamente el actual Intendente, tampoco pueden priorizar necesidades políticas por sobre el interés colectivo. ¿Cómo pueden rechazar tan enérgicamente el fideicomiso los mismos concejales que lo votaron antes del 2 de septiembre? La respuesta de que no esperaban el monto requerido por el Municipio es insuficiente ya que la aprobación de la Ley habilitaba a obtener 70 millones de pesos. Si era una opción cara que invitaba al endeudamiento debió plantearse antes de su aprobación, no después.

A cualquier precio

En el bloque de Unión por Córdoba, sin referentes que unifiquen para las elecciones del 2008, decidieron confrontar con dureza las políticas de Rins. Ante la falta de liderazgos buscan posicionarse desde el más cruento de los lineamientos. A todo o nada, aunque cueste la propia viabilidad institucional.
Hoy decidieron no participar de las reuniones de comisión ni dar quorum para los debates por un cruce de artillería verbal con la doctora Graciela Saracho quien denunció un pacto entre delasotistas y abellistas sin dar mayores precisiones de su acusación.
¿A quien afecta que los concejales no cumplan con su deber? ¿Formalizaron una postura que ya se veía en los hechos?
Telediario Digital denunció hace varios meses la falta de proyectos, propuestas y debates en la bulímica actividad parlamentaria. La respuesta fue que «esto siempre ocurre al final de cada gestión». ¿Cómo se define entonces el accionar de los concejales? La pregunta es de difícil respuesta. Este Concejo surgió desde las voluntades personales de los entonces candidatos a intendente y de sus especulaciones para un mejor manejo de sus bloques. No buscaron -en general – a los más aptos, con trayectorias políticas consolidadas y mayor preparación en la gestión. Algunos, aportaron al debate de la ciudad, la mayoría no pudo o no quiso hacerlo. 
Los concejales no deben cumplir horario aunque tampoco faltar a las reuniones de comisión ni diluir las discusiones de las que depende la ciudad. Las sesiones parecen un acto obligatorio en el que algunos quisieran no estar. Docentes en sus escuelas, abogados en sus estudios, políticos en los cafés y un Concejo a medio máquina.
Fueron los propios concejales quienes no ocultaron el costo de formar parte de este parlamento. ¿Por qué se fue Jorge Alves? ¿Cuántos más hubiesen querido seguirlo? ¿Cuántos dedican más tiempo a sus actividades profesionales que a su rol de ediles?

Un problema político

«Esta es la mejor gestión pero la gente no lo ve. Nunca antes se hizo tanto» Repiten en el Palacio de Mójica tratando de convencerse de que los riocuartenses son los culpables de las derrotas electorales y los pasos en falso de la actual gestión. 
Este gobierno cambió a decenas de funcionarios por dificultades en su accionar, disputas internas, denuncias por irregularidades, hartazgos personales y movimientos políticos. Cuando intentaba apuntalar la gestión con el impulso de la obra pública Rins soño con convertirse en vice gobernador y habilitó la pelea anticipada por la intendencia. Cambió nombres y hombres pero la crisis se profundizó.  
En los análisis políticos evalúan que una oposición fragmentada y sin referentes desnudará sus propias limitaciones el próximo año. Sin embargo, el alerta provocado por un difícil final de gobierno, mellando los proyectos más conflictivos, dejan poco espacio para el alivio y demasiado por qué preocuparse.

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