A 9 meses del brutal crimen del camionero Gustavo García aún no hay detenidos ni imputados

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Los investigadores confían en tener identificado al presunto autor y sus cómplices, pero admiten que las pruebas son insuficientes para determinar la acusación. Esperan informes científicos para conocer como asesinaron a «chapita» y el resultado de pericias telefónicas.

Las muertes de Zimmerman, «Yeyé» Quiroga y Nora Dalmasso cumplieron un nuevo año de impunidad.

La tarde del jueves 22 de marzo pasado, Gustavo García, «el chapita», fue visto con vida por última vez mientras aguardaba un cargamento de soja frente a una empresa cerealera de General Cabrera. El trámite se postergó y García se comprometió a cenar en la vivienda de un familiar. Aquella noche nunca llegaría a la cita convenida y tampoco se conocería ningún dato de su paradero. Parecía que se había tragado la tierra.
En las primeras horas de su desaparición la búsqueda que preocupaba a familiares y amigos se convirtió en desesperación tras el hallazgo a 40 kilómetros de la localidad de Dalmasio Vélez del acoplado camión Mercedes Benz 1114, cabina color azul con caja amarilla, en el que se trasladaba el chofer.
Durante meses se produjo una investigación infructuosa que intentaba determinar su paradero. Se formaron cuadrillas policiales que rastrearon banquinas y rutas de la región, la Provincia dispuso de una recompensa de 30 mil pesos para quien diera información del camionero, hubo datos fallidos que lo relacionaban a una fuga con una amante en Villa Mercedes y en el final el trágico y previsible desenlace.
Felipe y Aída García, padres de Gustavo, colaboraron junto a compañeros de trabajo en la búsqueda del joven de 30 años, oriundo de Colonia Caroya, que dejaba a su esposa y una hija de solo 3 años.
El 25 de junio, el cuerpo reducido a un esqueleto fue hallado a pocos metros de la banquina derecha de la ruta 158, a pocos kilómetros de Arroyo Cabral. El estado de descomposición del cadáver atado de pies y manos no impedía determinar que García había sido víctima de un muerte violenta.
Primero, Natacha – la mujer de Gustavo- reconoció la ropa colocada en un bolso abandonado a pocos metros del macabro hallazgo y luego el Ceprocor confirmó que el cadáver era el de Gustavo García.

La sospecha

Aunque aún la Justicia no pudo determinar como mataron a Gustavo “por el alto grado de descomposición de su cuerpo”, se presume que fue asesinado pocas horas después de su secuestro y abandonado en un lugar de malezas de gran altura que impidieron a policías y automovilistas percibir su presencia.
Las sospechas sobre quien pudo ser el autor del aberrante crimen se sustentaron en un hombre con contactos en la región pero que no viviría en la zona próxima al secuestro.
Los investigadores confían en haber descubierto la identidad de quien protagonizó la maniobra delictiva y sus cómplices pero, para el fiscal Julio Rivero las pruebas son insuficientes para determinar la acusación.
Desde la Justicia esperan informes científicos que permitirán dilucidar como asesinaron a «chapita» y el resultado de pericias telefónicas que confirmarían el nexo entre el secuestrador y las personas que actuaron como entregadores.
El tiempo que conjuga angustia y pesar en los familiares de García es un mal síntoma para una investigación sin imputados ni detenidos.
A 9 meses de la desaparición y muerte del camionero, la sensación de inseguridad de las rutas sacude el insomnio de quienes la transitan cada noche con la tortuosa intranquilidad de un crimen hasta hoy impune.

Crimenes «perfectos»

El 2007 finaliza con el amargo saldo de investigaciones inconclusas en las que los crímenes y muertes que conmocionaron a la ciudad aún no tienen a los culpables en el banquillo.
La investigación por el homicidio del empresario Zimmerman parece estancada y lejos de su resolución. El fiscal Fernando Moine apuntó a 3 sujetos presuntamente vinculados al delito y la prostitución pero el exámen de ADN sobre los restos de sangre hallados en la escena del crimen resultaron negativos. Aunque libres, los sospechosos siguen imputados.
La muerte de Fernando «Yeyé» Quiroga, el ladrón atropellado cuando huía con un bolso de ropa, todavía no tiene fecha de juicio. La Cámara del Crimen ratificó la elevación al proceso judicial con la imputación de homicidio simple contra Mariela Galíndez y se espera que en el primer semestre del 2008 la mujer enfrente el banquillo de los acusados.
El caso emblemático de las investigaciones por homicidio aún inconclusas es el de Nora Dalmasso, que ya cumplió un nuevo año de impunidad. El fiscal Javier Di Santo espera el informe genético del FBI y evalúan en su equipo de investigación si las pruebas acumuladas (hallazgo de haplotipo Y, testimoniales contradictorias, pericia psicológica de Facundo, pericia socioambiental y autopsia psiquiátrica de Nora Dalmasso) resultan suficientes para modificar la situación procesal de Facundo Macarrón, el principal acusado que solo se encuentra en grado de sospecha leve.

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