El veto de Bush al plan de salud infantil

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El Presidente George Bush, vetó un proyecto de ley dirigido a ampliar la cobertura de salud a unos 3,4 millones de niños que sin sufrir pobreza extrema para merecer el programa Medicaid, no tenían cobertura alguna. La situación de mortalidad infantil en EEUU muestra que en muchos casos hay problemas durante el nacimiento y que muchas muertes se producen por causas directamente vinculadas al embarazo y al bajo peso al nacer. Situaciones ambas, muy vinculadas al control prenatal y a las condiciones socioeconómica de las embarazadas. ¿Por qué el Presidente que gasta miles de millones de dólares en guerras en otros países no atiende la cobertura de salud de sus propios niños? Tal vez, la situación quede más clara al describir las tendencias actuales del capitalismo y el contexto que provoca la lamentable decisión

El capitalismo es un sistema económico que ha desarrollado las fuerzas productivas e integrado el mercado mundial como nunca antes en la historia de la humanidad. En la actualidad, sin embargo, se ha vuelto muy desigual y depredador. La diferencia de ingresos entre los países más ricos y más pobres era de 3 a 1 en 1820, 35 a 1 en 1950, y 72 a 1 en 1992. Con el debate sobre la globalización surge la inquietud sobre si hay convergencia o divergencia entre los indicadores de bienestar. Los hechos muestran que hay desarrollo desigual y creciente distribución desigual del ingreso, concentración de la riqueza y exclusión de personas, depredación del medio ambiente y convergencia selectiva y mejora de indicadores para ciertas áreas de ciertos países en desarrollo, mientras otras regiones empeoran los suyos (ej. África al Sur del Sahara, regiones de la ex Unión soviética etc)
 La ciencia social debe explicar esas cuestiones. Debe dar cuenta de porqué si hay producción de alimentos para 10.000 millones de personas cada 4 segundos muere un niño. Como es, que hay millones de gasto en descubrir alimentos sabrosos y un gasto mayor todavía en dietas. Es difícil comprender la racionalidad macro-social de un sistema que entierra botellas para desenterrarlas, en un contexto de abundancia y necesidades insatisfechas.
 Hay quienes señalan además, que a los fines de mantener sostenida su tasa de rentabilidad el capitalismo ha recurrido a tres procesos de ajuste:
a) Fomentar la desruralización para pagar salarios bajos a la población que migra del campo a la ciudad, ya que es una población inicialmente desorganizada, vulnerable y con necesidades apremiantes que la vuelve dócil. Sería por ejemplo, parte de la explicación para la radicación de las empresas multinacionales en China y Vietnám.
b) No reponer la materia prima que se extrae de la naturaleza como los árboles que talan las empresas y transferir los costos de la producción a la sociedad en general contaminando. Es la explicación de la tala indiscriminada de árboles por minuto en Argentina, del cambio de clima en Misiones, de la aparición de Yaguaretés y Pumas en ciudades al desaparecer el habitat natural de esos animales con la destruccción de los bosques y selvas y de la empresa Botnia frente a Gualeguychú.
c) Resistir los avances sociales hacia el ingreso ciudadano y hacia dar más educación y más salud a la población. Es el ejemplo reciente del veto del Presidente Americano a un plan de salud infantil. Veamos este tema

 Estados Unidos ha centrado su estrategia de cobertura en salud en gran medida en el mercado. Tiene además programas públicos focalizados para la cobertura de ancianos (Medicare), de los Pobres (Medicaid) y los veteranos de guerra (Veteran Affairs). El sistema sin embargo, deja a más de 40 millones de Americanos  sin cobertura, 9 millones de los cuales, (casi una cuarta parte del total), son niños. Esto, en un país donde los indicadores muestran que para la población negra los indicadores de mortalidad son similares a los de un país atrasado en la materia como la Argentina. El gráfico siguiente muestra la situación:

 

 

De nuevo entonces, ¿Por qué el Presidente Americano no atiende la cobertura de salud de sus propios niños?
 Hay dos razones. Primero porque según dijo costaría 2000 millones de dólares anuales, esto es, algo así como 588 dólares por niño al año o sea unos 49 dólares al mes, una cifra francamente miserable en relación a la riqueza por capita del país más próspero del mundo. Si la primera razón parece absurda ya que esa pequeña suma se financiaría con impuestos al tabaco debe haber algo más detrás de la negativa a dar salud a una población tan vulnerable.
 La segunda razón por la cual no se autoriza el proyecto es que con este plan, según Bush se iba a dirigir el sistema de salud en la dirección errónea. ¿Qué quiere decir exactamente eso? Quiere decir que bajo esta ley la cobertura que prestan las compañías de salud privadas a muchos niños se vería desplazada por la cobertura pública y que uno de cada tres niños cambiaría su cobertura privada por la pública.  Así de simple. Lo que Bush dice es que hoy estos niños no tienen cobertura y si la quieren tienen que pagar de donde sea al sector privado de la medicina capitalista. Si no tienen plata, no se atienden. Prefiere entonces dejar sin atender a la población antes que la población vaya al sector no lucrativo, sin fines de lucro, que es el sector público americano, sector por otra parte, que ha mostrado ser tan eficiente como el propio sector privado. El guerrero Bush entonces, muestra siempre lo que es: apenas un gestor de clientela para los sanitaristas mercantiles Estadounidenses. Es un eterno representante del capital y no de la gente pese a su demagógica referencia a la población para justificar sus desmanes
 En suma, el capitalismo no tiene alma. No importa que las tasas de mortalidad en EEUU sean para algunas poblaciones similares a la de los países que ellos consideran atrasados como la propia Argentina. Lo que interesa, es que el capital no pierda clientes, y si el costo para eso son algunos miles de vida, para la ganancia eso importa poco. Lo peor, es que parecería que 72 % de la población americana aprueba la cobertura. Bush era percibido como representante de la industria del petróleo y las armas. Ahora,  confirma que ni escucha a la propia gente de su país cegado también por la retórica del propio capital sanitario. Para pensar entonces, las consecuencias de no haber contado los votos en la primera elección, que ganó este Presidente que hoy manda en ese país.

Dr Roberto Tafani.

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