El reloj de la Catedral no marca las horas

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Poco a poco, muy lentamente, vamos perdiendo cosas importantes. Nosotros somos, porque alguien fue en su momento. El avance de los tiempos hace que lo que se construyó con esfuerzo, se destruya. Así nos pasa con las viviendas que son derribadas para dar paso a moles de cemento y vidrio. Y allá fueron las viejas casonas donde habitaron quienes han hecho grande a la ciudad. Pero es el paso del tiempo y la ambición que lleva a esa destrucción.

Pero contemplar que por, tal vez desidia, abandono u otra razón desconocida, las cosas que hace a la idiosincrasia de nosotros, no se debe tolerar. ¿Serán las nuevas generaciones o las viejas las que dejan pasar las cosas? Sabemos que «a rey muerto, rey puesto» y no importa lo que hizo o no hizo por la ciudad; se olvida y no se reconoce.
La Catedral es un monumento histórico provincial y ha sido restaurada por el gobierno de la provincia. Pero solamente la estructura, las paredes, pinturas e iconos. En sus dos torres hay campanas, una de ellas histórica. Fue fabricada en Mendoza cuando San Martín cruzó Los Andes. Forma parte de un carillón y el reloj. Y como sucede muy a menudo, se hacen cosas y luego se abandonan. Es mucho trabajo y ¿para qué? Así vamos abandonando nuestras raíces.
Se buscó al único fabricante de campanas de Argentina quien dio un dictamen sobre el estado del conjunto. Pasó presupuesto de reparación y cambio de reloj (fabricado en 1870), pero nada ha pasado.
¿Habrá personas que colaboren en poner en funcionamiento estas reliquias? Después, cuando vemos sonar los carillones en España, quedamos mudos y con un poco de envidia. ¿Por qué no iniciar una colecta entre los comerciantes y vecinos para restaurar esas reliquias? Dinero hay, solo falta voluntad de hacerlo.
Atentamente
Juan R Bell
92061605
Rio Cuarto

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