¿Existe alguna relación evidente entre educación y salud? Sin duda que si. El riesgo de morir aumenta un 50% en personas con baja escolaridad. Así lo afirma un estudio epidemiológico realizado en Chile donde se mide el nivel socioeconómico y la educación. Se demostró allí, que las personas con bajo nivel de educación, es decir que habían alcanzado solo la formación básica (ocho años de escolaridad) poseían 54% más de riesgo de fallecer a causa de enfermedades crónicas que el grupo con educación superior al nivel primario.
A decir verdad, la desigualdad en la educación y los bajos niveles en los que quedan muchas personas es un determinante de menos salud, mayor mortalidad y menor expectativa de vida. De hecho, el aumento de la esperanza de vida parece estar relacionada con la obligatoriedad de la enseñanza, pues desde que las leyes impulsan la educación, la gente vive más años, según se ha demostrado también con datos obtenidos de los Estados Unidos.
La relación directa entre mayor escolarización y mayor expectativa se vida queda expresada en la tendencia observada en el gráfico siguiente construído sobre 36 Estados y el Distrito de Columbia en los Estados Unidos.
La asociación encontrada entre educación y mayor longevidad se manifiesta también en Francia y Japón donde hay un importante presupuesto destinado a la educación y la salud de la población.
¿Cuál es la razón por la cual la mayor educación parece alargar la vida? La educación otorga al individuo protagonismo, lo equipa mejor para tomar decisiones, ser parte activa en el modo de expresar y vivir la vida y le da la posibilidad de hacer elecciones razonadas y razonables. La capacidad de elegir y tomar decisiones parece ser tan importante que influye en la salud de quienes lo realizan. En otras palabras, la educación da al individuo empoderamiento, esto es el poder del conocimiento y de la información permitiéndole discernir sobre lo que es conveniente para su vida y su salud.
Definir si la salud permite estudiar más o la educación fomenta la salud son verdades evidentes. En todo caso, ya no hay duda de que la educación propicia que la vida se alargue y que el envejecimiento sea más saludable.
Stella Estrada