La industria automotriz crece tanto de la mano del incremento en el consumo interno como del boom exportador al que se enfrenta. No obstante, la falta de inversiones en el sector autopartista genera incertidumbre respecto a la evolución futura de la industria, consecuencia de que se encuentra operando casi al límite de la capacidad instalada.
De la mano del crecimiento de la economía, la industria automotriz se enfrenta a un crecimiento exponencial. Para el corriente año, se estima que las terminales venderán cerca de 54.000 automotores en el mercado interno, superando al máximo histórico alcanzado en 1994, con 508.152 vehículos vendidos. Sin embargo, no es el mercado interno el único responsable del crecimiento del sector, el mercado exterior aparece como protagonista excluyente. Al respecto, la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA), prevé para el año 2009 exportaciones por un volumen de 433.000 unidades. Los especialistas, apuestan a que el boom exportador se consolide en los próximos años.
Sin embargo, no todo son luces para las empresas automotrices. Aparecen sombras consecuencia de la falta de inversiones en el sector autopartista. Este sector, compuesto por pequeñas y medianas empresas, está operando casi al tope de la capacidad instalada, situación que reflejan los datos provistos por el INDEC, los que dan cuenta del incremento en el uso de la capacidad instalada, ubicándola en un 75,5% (el valor más alto desde noviembre de 2006.
Las empresas autopartistas, consecuencia de las malas experiencias del pasado, analizan en forma cautelosa si acompañar o no el crecimiento de la industria automotriz. Mientras tanto, este escenario genera gran expectativa y pone a las terminales en la espera de nuevas definiciones.
Por Amuchástegui, María Noel.
Miembro de Fundación EGE, info@fundacionege.org