¿Consultamos a Internet o al médico?

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El uso de Internet se ha incrementado en forma geométrica desde su aparición en la década del 90. Consecuentemente ha aumentado también la cantidad de personas que consultan por problemas de salud. Un estudio en los Estados Unidos habla que 71% de la población utiliza Internet para buscar información acerca de temas de salud.

En la ciudad de Buenos Aires se realizó un estudio entre pacientes que consultaban a centros privados, encontrándose que un 54% de ellos se informaban acerca de temas de salud a través de la web.
En la ciudad de Río Cuarto se realizó una encuesta entre padres y madres de niños que asistían a una clínica privada, y los resultados revelaron que solamente el 34% consultaron Internet buscando temas de salud.
Si bien la proporción de pacientes que consultan es menor en nuestra ciudad, este estudio coincide en varios puntos con los realizados en otros puntos del país y en el exterior: las mujeres consultan más que los hombres, y muy pocos recibieron orientación de sus médicos para informarse a través de Internet.
La consulta a Internet tiene relación con un buen nivel educativo: en nuestro estudio el 93% de los que consultaban tenía el secundario completo, o estudios universitarios.
Los pacientes relatan que, si bien no les fue fácil orientarse entre la enorme cantidad de información disponible, Internet les ayudó a ampliar sus conocimientos y a comprender mejor las explicaciones del médico.
En general los pacientes utilizan los buscadores comunes (el más utilizado es google), colocan las palabras claves, y obtienen miles de resultados Es importante tener en claro que no todo lo que se publica en la web es útil o es verdadero. Por eso es importante manejar fuentes de información serias y con fundamentos científicos, y que además estén escritas en un lenguaje comprensible.
Algunas páginas en español  que pueden ser útiles son la de la Sociedad Argentina de Pediatría www.sap.org.ar, la del Instituto Nacional de Salud de los EEUU www.nih.gov,  la del Centro para Control de Enfermedades dependiente de la OMS www.cdc.gov . Todas tienen información para pacientes, están respaldadas por instituciones prestigiosas, y la redacción es adecuada y comprensible.
Las relaciones entre médicos y pacientes han cambiado mucho en las últimas décadas. Antes la opinión del médico era inapelable, y se lo consideraba una autoridad a la que no se podía discutir. Actualmente la tendencia es a democratizar el conocimiento y la información sobre salud, y se cree que médicos y pacientes deben ser “socios” en el sentido de establecer una alianza para  promover la salud, o para recuperarla en caso de enfermedad.
Un paciente informado es un mejor paciente: comprende la naturaleza de su enfermedad, y puede aceptar, dudar o discutir las opiniones de su médico. En general este tipo de relación se considera más positiva que la mera aceptación de instrucciones que a veces no se comprenden bien.
No todos los profesionales aceptan este punto de vista, pero creemos que los médicos también deben adecuarse a esta realidad, y siendo Internet una herramienta tan poderosa y tan útil potencialmente,  quizás debieran asesorar o guiar a sus pacientes para obtener datos confiables de esa fuente.
Esto no significa que pueda sustituirse la consulta médica por una consulta en Internet: cada caso es individual, y será el profesional de la salud quien, utilizando las técnicas adecuadas, los estudios auxiliares, y su propia experiencia y criterio, llegue a un diagnóstico y proponga un tratamiento.
Recomendaríamos entonces a los médicos una mente abierta y ayudar a sus pacientes a una utilización amplia y racional de la información disponible en Internet. Y a los pacientes, o a los padres, que se animen a emprender por su cuenta la aventura del conocimiento que representa una investigación, búsqueda y análisis crítico de la inapreciable fuente de información que es la web. Seguramente se encontrarán con que, luego de este recorrido, saben más y comprenden mejor temas  importantes acerca de su propia salud y la de sus hijos.

Por la Dra Ingrid Waisman
MP 6508 MEsp 2749

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