La situación comercial de Venezuela, su posicionamiento internacional. El análisis de Pablo H. Andersen de la Fundación EGE.
Exporta a Estados Unidos —su cliente predilecto— casi US$ 40.000 millones por año. De esa cuenta, 75% corresponde a los envíos de crudo: 1,5 millones de barriles diarios. Los norteamericanos confían en el petróleo de Chávez: su cuarto proveedor mundial de petróleo.
En Caracas se dice que el gobierno de George Bush planea la “invasión militar” de Venezuela, y que la CIA tiene un plan para “asesinar” a Chávez. No obstante, los negocios bilaterales se afianzan.
Hace poco, Estados Unidos prohibió que terceros país le vendieran, a Venezuela, armas con tecnología norteamericana. Chávez se indignó y, desde Londres —donde se hallaba de visita informal— alertó: «Es el Imperio, que siempre atropella a los países pequeños y débiles». Cuando los periodistas británicos le preguntaron si tomaría represalias, restringiendo las exportaciones de petróleo a Estados Unidos, Chávez respondió: «No. Yo soy consciente de mis responsabilidades».El presidente venezolano es, para los norteamericanos, un vendedor leal. Y un buen comprador. De los US$ 16.000 millones que importa Venezuela, la mayor tajada es para “el Imperio”. Los venezolanos nunca habían recibido tantos productos estadounidenses: las importaciones provenientes de Estados Unidos han llegado a aumentar 20% de un año al otro. Venezuela compra aviones, autos, máquinas y equipos, electrodomésticos, plásticos, computadoras, medicamentos y pulpa de papel.
Las relaciones bilaterales no se limitan a exportaciones e importaciones. Estados Unidos es el principal inversor extranjero en Venezuela. El Estado venezolano, a la vez, tiene ocho refinerías y 4.000 estaciones de servicio en territorio norteamericano.
Lejos de enfriar esta relación económica, el gobierno venezolano promovió el año pasado la “Primera Macro-Rueda Binacional de Negocios Estados Unidos-Venezuela”, que fue inaugurada, en Caracas, por el propio Chávez.
De la ronda participaron 478 empresas (212 norteamericanas y 266 venezolanas), además de cuatro ministerios venezolanos. No hay que restar importancia a los arrestos anti-imperialistas de Chávez, ni sus preparativos para resistir la agresión norteamericana. En política, las profecías suelen autocumplirse: la retórica da lugar a reacciones que, luego, resulta difícil controlar.
Por ahora, la verborragia de Chávez contrasta con su pragmatismo: zahiere a Estados Unidos, pero le compra y le vende como ninguno de sus predecesores.
Pablo H. Andersen
info@fundacionege.org
21/07/06