Reavivando el fuego sagrado

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Están corriendo tiempos cambiantes en el mundo globalizado, y la comunidad educativo no queda afuera de todas estas turbulencias y fluctuaciones en las que confluyen intereses, postergaciones y deshumanizaciones. Es que vivimos un aparente nuevo tipo de conflictos, cuando en realidad, estos existieron siempre, son tradicionales. Lo que varió es la forma de resolverlos, en consonancia con las “guerras preventivas” de la política internacional, en el ámbito educativo parece que las tensiones y lucha de intereses también se manifiestan a través de acciones irracionales por verdaderos “bombardeos” entre pares, docentes y familias. Y también no pueden quedar excluidas de este escenario, las autoridades y funcionarios responsables de la gestiones educativas que mantienen un vacío de seguimiento de las problemáticas, que no son de impacto, sino que eran previsibles desde  tiempo atrás. Pareciera que cuando no se quiere ver los indicadores de un pre-conflicto, lo ocultamos mostrando una fachada que no es la real, y como toda simulación dura poco tiempo, se cae el telón y aparece en la realidad lo que se quería ocultar. Nadie se hace cargo, emulando a lo sucedido en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.  Vaya aquí ejemplos: colegios tomados, docentes preocupados por pérdidas de horas, funcionarios que expresan en sus discursos lo contrario a la de la comunidad educativa. No he escuchado ni leído, que se haya realizado un estudio exhaustivo de la fuga de matrículas, para buscar una mayor comprensión al fenómeno del abandono escolar. Se defienden los grupos de pertenencia y se aferran a eso para no perder su trabajo, generando políticas demagógicas que desplazan el privilegiar hacia donde fue a parar esta “nueva tribu de excluidos”, por ahora invisibles. Considero  desde esta visión de macrocontexto que es una pre-violencia, avecina futuras tormentas colectivas de violencia explícita. Los argentinos y por supuesto la educación, siempre estamos con el hecho consumado y colocando “curitas”.
El Estado está acorralado porque tiene que rendir “cuentas estadísticas” a la CEPAL, por los compromisos que adquirió de aumentar la inversión en educación para mejorar la calidad de la misma. Por otra parte se realizan inversiones en los medios masivos, de propaganda “volver al colegio, al aula, etc” que luego quedan estancadas en la burocracia.
Los que estuvimos y estamos en educación tenemos que luchar eficaz y efectivamente contra estas formas de violencia y de discriminación, generando entre todos los cambos que no van a ser fáciles pues implican estudiar permanentemente, acortar la brecha generacional, y tomar un compromiso serio educativo, que tenemos todos los docentes para que resurja nuevamente ese fuego sagrado que todos los tienen pero que necesita ser reavivado.

 

LIC. ELENA M. T. FARAH
Lic. En Administración y Gestión de la Educación
Matr. 2184

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