Pequeñas historias

0
Compartir

En los buenos años escolares, las maestras nos enloquecían con redacciones y composiciones. Siempre nos tocaba algún tema que no teníamos idea, pero sabíamos la  nota que íbamos a recibir. Con el tiempo fuimos aprendiendo a hacer «machetes», a que nos soplaran las sabihondas o a «guitarrear».

 Si le pegábamos, éramos héroes, sino burros. Pero las pasábamos. Ya grandes, vemos que fue bueno lo que en su momento fue una tortura. Ahora nos damos cuenta de que escribir las vivencias es lo único que nos sobrevivirá en la vida. ¿Quién no tiene una anécdota interesante? Todos en nuestro pasar hemos cosechado pequeñas historias, que con seguridad no han cambiado la historia, pero habrán sido o cómicas o alegres.
Ya que los chicos deben practicar la escritura y no avanzan sino es por medio de un incentivo, ¿por qué no se hace un concurso de anécdotas? Hay cosas que se publican que dan terror, ¡cómo no hacerlo con cosas nuestras! Promovamos un concurso de anécdotas extraídas de las personas mayores y que alguien las juzgue. ¿El premio? Se vera en el futuro. Se podría probar ¿no?
Atentamente
Juan R Bell
92061605
belljuanroberto@yahoo.com.ar
Río Cuarto CBA
08/11/06

Commentarios

commentarios

Compartir