No es la drogaSomos nosotros

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Ante la  publicación en un periódico de nuestra provincia, describiendo el incremento en la ciudad de Córdoba de situaciones conflictivas que giran alrededor de la droga, a partir de una encuesta en escuelas primarias, de que la droga iba en aumento, a la que le agregaríamos en todos los espacios donde se vinculan tantos jóvenes desilusionados.
 Seguimos un discurso repetitivo que cae hoy en saco roto, porque la problemática está envuelta por una mano de “miedo y silencio”. Se preguntarán ¿Por que digo esto?.
 

En la consulta que realiza en Córdoba el grupo perteneciente a Jóvenes Ciudadanos, se determinan cifras muy contundentes, sabidas de antemano por nosotros los especialistas, y que fueron realizadas en 53 escuelas urbano-marginales de la ciudad de Córdoba, entre el 6 y el 10 de noviembre del corriente año.
De esto extraemos una evidencia, de que el 77 % de los directivos no denuncian la venta de droga, por miedo…”le llevamos la droga a la comisaría y  no podemos denunciar porque, según dice la policía, sufriríamos sanciones” Una especie de amenaza, así lo expresa una autoridad de una de las escuelas consultadas,”la policía sabe dónde y quiénes venden droga, pero no hacen nada, aprovechando ciertas vulnerabilidad de algunos docentes y la necesidad de conservar su trabajo”. Esto ocurre no solo en escuelas marginales sino en todas las escuelas y colegios de todo el país y, porqué no decirlo en otros países incluidos los del primer mundo. Quizás lo que varía sea el contexto y los procedimientos.
Me pregunto yo ¿Cómo el poder policiaco está por encima de la jerarquía educacional, que son los representantes del conocimiento? ¿Cómo llegamos a esta situación alarmante?, avanzar tanto sin haber podido cortar con éstas realidades, donde pareciera que “el poder lo ocupa no el que tiene el conocimiento sino el que ocupa un lugar de posición”,(Foucault) y que sabemos está atravesada por la corrupción e impunidad. Percatamos también que la corrupción es rentable; da de comer a varias familias.
La conclusión de la encuesta es que en el 71 % de las instituciones educativas determinaron algún tipo de conflicto relacionado con las substancias adictivas. Tengamos una visión amplia de la problemática y no una visión lineal colegio-droga- colegio. Esta es la respuesta que nos da el colegio, pero faltan las opiniones de los jóvenes estudiantes.
Los docentes expresaron que suelen percibir cambios en las conductas de los alumnos, y fíjense que importante: solo el 5,6 % de los padres lo detectan. Este desorden y confusión lo unimos con la violencia familiar, necesidades básicas insatisfechas, alcoholismo, prostituciòn, abusos de todo tipo, etc.
Los docentes piden a gritos que le den una mano, porque ellos no pueden resolver la cada vez mayor conflictiva en la que la droga está desplazando al conocimiento. ¿Qué jóvenes van a egresar, si el colegio-contexto continua siendo el que describimos?. Esto unido a otros factores micro y macro sistema que rodea a cada alumno produce estos efectos que el lector, sabiamente, puede inferir.
Hay una denuncia de una omisión de casi un 100 % de los funcionarios responsables, sobre la carencia de programas para detectar, estrategias diagnósticas y métodos de anticipación dirigidos a las adicciones ya predecibles con anterioridad.
¿Cómo es que avanza la “marabunta-droga” y no se puede parar? Es fundamental el debate y la reflexión.
¿Qué podemos sacar de todo esto? Pienso que para el Estado la educación no es rentable, no hay interés en la formación de un joven con todas las competencias que tiene que tener para una ciudadanía ética, por mas que en los discursos refieren lo contrario.
No me parece bien cerrar este comentario describiendo solamente la situación, sino dando algunas conclusiones que llevaron a este nuevo escenario.
Quisiera enunciar algunas de las mas importantes conclusiones a mi criterio, y que quisiera compartir con ustedes, y sí saber su opinión; es que se debe salir de esta actitud activamente pasiva, que al docente y al padre le cuesta abandonar (la queja frecuente de los docentes a los llamados a padres de alumnos es que concurren solo el 10 %). Esto es ancestral, de la era del “Nerdenthal”.
Quiero decir que no tenemos que esperar nada del Estado. Se acabó el Estado benefactor, los hechos están a la vista. Los nuevos movimientos que van a cambiar a una sociedad, van de abajo hacia arriba, ya lo anunció Rifking, Toffler y otros pensadores. Por lo tanto somos los ciudadanos, los dueños de la sociedad, los que tenemos que retomar el poder sobre nuestros jóvenes, que actualmente están sometidos a psicópatas de turno y de “instituciones” que ocupan lugares vacíos, para volverlos rentables. Cuando hablo de esto, refiero a las grandes empresas comerciales que, como auspiciantes, fomentan la construcción de un modelo social que les da mucha rentabilidad, aún sabiendo que están poniendo en peligro la vida de niños y jóvenes; un ejemplo es  la publicidad engañosa, sobre todo en la venta del alcohol y  la seudo relación que se establece con el alcohol  y drogas, como factor de poder y de tener esa tan fomentada y mal entendida libertad, pues es una libertad basada en el descontrol.
Ante el aumento de la brecha entre los que más y menos tienen, se presenta un campo propicio, “zona libre”, para aumentar la rentabilidad de los que mas tienen, empleando a los que menos tienen, para incluirlos como consumidores en esta sociedad, de excluidos se transforman en incluidos. Pueden comprar, consumir.
¿Quiénes ganan aquí? Desde hace décadas son los grupos hegemónicos de poder, en los que están incluidos instituciones internacionales que no les conviene desbaratar, por intereses económicos y políticos, toda la red perversa armada a través de los años.
Este poder se puede observar claramente en las películas “Syriana”, “El Jardinero Fiel” y en “El Señor de la Guerra”.
Muchas crisis que manifiestan en la escuela, nacen fuera de la institución educativa. ¿Por qué digo esto? Con una dirigencia que no se toma en serio la educación, con adultos que quieren ser adolescentes y con la familia no entrenada para el compromiso, es esperable que se manifiesten estas respuestas emergentes.
Además es importante recuperar la asimetría en la educación (no es dialogo de iguales el docente con el padre, ni con el alumno, ni familia con institución escuela, que sería la simétrica). Para educar exige una relación asimétrica, que no tiene que entenderse como dominio ni sumisión, pero tienen que estar bien definidos los roles y no difusos para establecerla: por ejemplo“la última palabra siempre debe ser de la escuela en un claro contexto institucional”, según Narodowsky, educador prestigioso, Para él y nosotros es el camino fundamental para comenzar a reconvertir la educación.

Dr Eduardo Medina Bisiach
eomedinab@hotmail.com
DNI 7.976.139
Psiquiatra Universitario (UBA) MN 35099; MPBA 32440;MPC 5552
Master Internacional en Adicciones (USAL y DeustoEspaña)

Lic Elena Farah
Lic en gestión educativa
 
14/11/06

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