La evasión fiscal Segunda parte

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El análisis de nuestro blogger de la Fundación EGE, Marco Targhetta, sobre por qué otros países recudan más con menos impuestos.

En la primera parte de este artículo planteábamos la asimetría que existe entre dos países como Argentina y Chile en cuanto a la recaudación que se genera a partir del IVA. En él destacábamos que con una alícuota un 10 por ciento menor que la nuestra, Chile recaudaba un 11 por ciento más. Surge así la necesidad de indagar acerca de los factores que explican tal diferencia. En primer lugar, los contribuyentes argentinos tienen tasas impositivas más altas. En toda la Argentina (salvo la ciudad de Buenos Aires) la triple imposición es una regla. De esta manera, un mismo hecho imponible, como por ejemplo una venta, tributa IVA, Ingresos Brutos y Tasas Municipales. Lo mismo cabe para inmuebles y automóviles. No se trata solamente de aplicar una mayor carga al contribuyente, sino que este tipo de sistema genera costos burocráticos excesivos, gastos administrativos innecesarios y dificultades adicionales en los controles. Todo esto se manifiesta en una reducida eficiencia en la recaudación y trae aparejada otras de las diferencias: el aumento de las alícuotas y la creación de nuevos impuestos que se superponen a los tradicionales. Un ejemplo de estos últimos es el “impuesto al cheque”. En el caso de Chile, este tipo de impuestos casi no existen y los que hay tienen un efecto muy marginal. Por ejemplo, no hay impuesto al cheque y los impuestos al comercio exterior recaudan 6 veces menos que en nuestro país. Otro punto son las as imposiciones sobre los salarios, que responden estrictamente a lo que recibe de manera directa el trabajador. Así es como el sistema previsional público se financia con rentas generales y no con impuestos al trabajo como ocurre en la Argentina. Un ejemplo reciente en este sentido es que el aumento en las jubilaciones mínimas que formó parte de las promesas electores de Bachelet, se va a financiar con el mantenimiento de la alícuota del IVA en el 19%, en lugar de reducirla como estaba originalmente previsto. Dentro de las ventajas de este tipo de esquemas, tenemos que se gestionan una menor cantidad de impuestos y la administración tributaria resulta mucho más simple y con un mejor control. Adicionalmente hay una importante ventaja para el contribuyente, que no tiene que pagar por mismo hecho impositivo, en tres niveles diferentes de la administración pública. De esta manera queda claro que realizando ajustes en el esquema impositivo se puede mejorar no sólo la recaudación, sino al mismo tiempo bajar la presión tributaria y promover el crecimiento económico y la eficiencia en la administración pública.
F. Marco TARGHETTA
Coord. Gral. Fund. EGE
info@fundacionege.org

05/05/06

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