El presidente Kirchner y su agenda de temas pendientes con los países cuyos presidentes llegan hoy a Córdoba.
El Presidente Kirchner enfrentará en esta Cumbre varios temas que han pasado a convertirse insensibles para las relaciones exteriores argentinas: uno, referido a la repentina tensión entre Argentina y Chile, y el segundo, tratar de encontrar la manera de descongelar la relación con el Uruguay.
Si bien es cierto que las medidas tomadas por Argentina respecto de los precios de combustibles hacen a algo sensato, tal vez debió haberse medido mejor la relación costo-beneficio con Chile, cuyo Gobierno enfrenta serios cuestionamientos internos ante la aparente debilidad con Argentina, lo que obligó a Ricardo Lagos a salir públicamente a defender a Bachelet.
Reiteramos la razón que le asiste a Argentina en las medidas tomadas, pero ¿fue conveniente crearle problemas políticos internos a Bachelet, una firme aliada trasandina? ¿No pudo haberse medido mejor la oportunidad?
De la misma manera, si bien los Gobiernos de Argentina y Uruguay dejaron trascender que no tienen en sus agendas el reunirse por el tema papeleras, está claro que no puede continuar así el estado de nuestras relaciones bilaterales. En este caso, debemos decirlo, si bien existió impericia del lado argentino, la mano tendida del lado uruguayo no fue completa.
Por otra parte, Brasil demostró una vez más la claridad que tiene en su visión de una América del Sur girando en su torno, al haber presionado a Argentina para que solucionara el viejo diferendo generado por Yacyretá con el Paraguay, Estado al cual desde hace un tiempo nuestro país dejó “librado a su suerte”, pero que Brasil siempre consideró como “pichón propio”.
Lamentablemente no se llegó a un acuerdo por lo que Argentina considera una deuda paraguaya, y por lo que los guaraníes consideran atrasos solamente achacables a Argentina.
Por último, es dable destacar que la Unión Europea está esperando ansiosa que el MERCOSUR se transforme en un bloque económico consolidado y, lo que es más importante, previsible políticamente, lo que permitirá abrir muchas puertas en un futuro cercano. Cabe señalar que el Gobierno de Estados Unidos hace rato ya que dejó de lidiar con el Bloque por esa misma razón.
En definitiva, no agregamos nada nuevo a lo que desde esta columna venimos señalando: la imprevisibilidad de los Gobiernos de América del Sur, con excepción de Brasil y Chile, parece ser la marca registrada frente al mundo.
Pablo M. Wehbe – Abogado
Docente UNRC.
pablowehbe@hotmail.com
20/07/06