Un irónico agradecimiento a los funcionarios por ayudar a la memoria, a traer recuerdos de la infancia. Es el eje de esta opinión del ciudadano Juan Bell.
¡Que hermoso que las autoridades nos recuerden la infancia! Aquellos años del primario. Alguien «buchoneaba» que vendría la inspectora, entonces todo era un caos. La limpieza era mas profunda, las pobres arañas perdían su trabajo. Se pedía guardapolvo limpio y bañarnos. A los «lindos» los ponían en primera fila. En el fondo íbamos los que no éramos ni brillantes ni bonitos.
Cuando llegaba la señora, éramos los alumnos ejemplares, respetuosos, limpitos y ni una palabra fuera de lugar. Ese día el recreo no era divertido, casi éramos estatuas. Y deseábamos que esa señora y sus secuaces se fueran pronto, para volver a la normalidad. Las arañas volvían a construir sus telas, nosotros a los guardapolvos andrajosos y bañarnos salteado.
Hoy eso vuelve y agradecemos que nos lo recuerden. Pensamientos que creíamos archivados, cobran vida. A la visita de una autoridad superior, todo se limpia con esmero, se ordenan las calles, se instalan luces y profusión de carteles de agradecimiento. Al momento de los discursos, aparecen cientos de pancartas favorables. Es que muchos, a falta de chupaletas, se conforman con medias. Los tiempos cambian, pero las costumbres se mantienen.
Gracias por tráenos a la memoria el pasado lejano.
Atentamente
Juan R Bell
belljuanroberto@yahoo.com.ar
Río Cuarto
11/05/06