Estoy vivo gracias al Sr delincuente

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Lo ocurrido a la señora Teresa Frua, era algo totalmente evitable. A Teresa, la atacaron seres despreciables, que cuentan con frondosos antecedentes, o sea que si estuvieran en la cárcel, Teresa no estaría como está. Hay alguien que es responsable desde la JUSTICIA, de regar con delincuentes las calles, por que aducen que después de cumplir algunos días u  horas de prisión ya están aptos para reinsertarse en la sociedad; ¡¡¡EVIDENTEMENTE NO!!!. Me solidarizo con todas las victimas de la delincuencia.

El día viernes 10 de Junio de 2005, a las 23:15 hs  fui víctima de un asalto a mano armada en el local de mi negocio, ubicado en Banda Norte, cerca del IPV. Paso a contar la situación vivida.

Estando por cerrar el negocio ingresa una persona al local, al salir yo de la cocina para atenderlo, me sorprende colocándome un revolver en la cabeza y pidiéndome “la guita”, con un notorio estado de nerviosismo; afuera queda otra persona haciendo “de campana”. Hasta ahí parece un relato simple. Gracias a Dios, me mantuve tranquilo dentro de lo posible; porque mientras este hombre amenazaba con “quemarme”, propinándome todo tipo de insultos, yo tenía en mi mente el no hacer movimientos extraños para él, y tratar de calmarlo dentro de mis posibilidades; porque no solamente estaba resguardando mi integridad física, sino también la de mis hijos Marcos de 6 años y Matías de 2, quien en ese mismo momento estaba jugando en la cocina del negocio con sus camioncitos. Traté desde un comienzo de  cubrir con mi físico la entrada hacia la cocina. Rogué que Matías no apareciera en el negocio como habitualmente hace. El sujeto se retiró con lo recaudado, apuntando para todos lados y amenazando constantemente, y se perdió en las calles del IPV.

Instantes después, ingresa Marcos y mi señora, y se enteran de lo ocurrido.

Todo lo que sigue es lo normal en esta situación: nerviosismo, aviso a la policía (quien acudió inmediatamente), preocupación, temor, etc.

Al día siguiente formulé la denuncia pero sin comentar nada a nadie, ni siquiera a mis familiares directos (que viven conmigo y también trabajan en el negocio).

A pesar de eso, en el transcurso del sábado, algunos clientes que viven en el IPV, vinieron preguntando si era cierto que “me habían visitado” la noche del viernes. Es más, sabían quiénes eran los autores del hecho, y repito, sin haber dicho nada a nadie. Lo curioso de esto, es que en estos casos la gente sabe y vio todo, pero a su vez no sabe ni vio nada.
 

En las inútiles reuniones de seguridad (de las cuales yo he participado), políticos, fiscales y abogados se llenan la boca hablando de lo que ellos llaman “prevención del delito”; por supuesto dicen que estos “pobres muchachos” son en realidad un producto social, delincuentes culpa de malas políticas socioeconómicas, a veces drogadictos culpa del entorno familiar y malas compañías. Que la manera de evitar el delito es con educación y contención. Que tenemos que pensar que son gente que en el fondo están sufriendo….

   Estas son bonitas frases que justifican en forma simple los hechos; cuando a vos te ponen un arma en la cabeza no pensas en qué forma “contenerlo o educarlo”; lo que té pasa por la mente en esos interminables segundos, es saber si esa persona todopoderosa que te apunta y te amenaza, que se cree con derecho a cegar tu vida y a todo lo que se mueva llámese Matías o Marcos, va a tirar del gatillo y con eso vos NO verás crecer a tus hijos, no serás mas parte de esa familia que día a día estás formando, te preguntas qué va a pasar si tus hijos y tu esposa te ven tirado en el piso sin vida………

Estos excelentísimos señores delincuentes no tienen 3 años de vida y no saben lo que hacen, por lo contrario son personas grandes que saben bien lo que es bueno y lo que es malo y lo que es seguro es que optaron por lo malo, porque total tienen una gigantesca infraestructura llamada JUSTICIA en la cual se pueden respaldar. Tienen abogados no provistos por el estado; por todo lo contrario ellos mismos los contratan. Ahora digo yo, estos señores de traje y celular en mano llamados “abogados” ¿no se preguntan por  el origen del dinero con el que sus defendidos van a pagar sus honorarios?, en este caso no estoy hablando de personas comunes que por error se los confundió con delincuentes, estoy hablando de gente (por así decirlo) con frondosos antecedentes y uno de ellos con asesinato en sus espaldas y que hace mucho tiempo vienen haciendo estragos en esta zona, y aparte es del conocimiento de uno y cada uno de los vecinos (la gran mayoría calla por temor) como así también de la policía y sobre todo de la fiscalía.

Vecinos me comentaron que vieron a estos delincuentes merodear en la vereda de mi negocio hasta una hora antes del asalto y también vieron en el preciso momento en que ingresaban al local. Ninguno se animó a llamar al 101 en ninguno de los dos casos, ni tampoco accionar las alarmas comunitarias. No sé si es por ignorancia, por temor o porque en realidad no le importa nada a nadie, total mientras no les toque, no quieren tener problemas.

Estoy de acuerdo con prevenir el delito, lo que los señores fiscales y jueces deben saber es que el primer paso de prevención del delito es no largar a la calle a estos delincuentes que ya han estado en la cárcel y que no sé quién  decidió que ya estaban aptos para reinsertarse en la sociedad, por que evidentemente ponerme un revólver en la cabeza, robarme y amenazar con matarme, no es un acto normal en  el común de la gente.

Fui citado  por la fiscalía bajo amenazas de prisión de 15 a 30 días si no comparecía ante ellos, siendo yo la víctima; no sé si estos delincuentes van a estar ese tiempo detenidos, lo que si sé es que la justicia, de mano de los fiscales y jueces garantistas, te obliga a pensar que cada vez que por desgracia seas asaltado y amenazado de muerte, tenés en realidad dos enemigos frente tuyo, el primero es el delincuente y el segundo es la justicia.

En definitiva quiero dejar en claro que esta situación horrenda la entendemos únicamente  los que hemos sido víctimas directas y sería muy triste que todos tuvieran que pasar por esta circunstancia para comprenderlo.

Es sabido que estos políticos clase “B” que tenemos, abren su inmensa boca cargada de asesorada verborragia, haciéndonos creer una y otra y otra y otra vez promesas que evidentemente  jamás tienen la  intención, ni la valentía de cumplir.

Desde la parte ejecutiva, pasando por la legislativa y terminando por los mudos siniestros de siempre que son los judiciales, nunca proveen soluciones para problemas más que importantes, solo se dedican a inaugurar plazoletas. Se dicen representantes del pueblo que sufragó en las urnas, aunque a la gran mayoría nos queda en la boca el sabor amargo de que, con nuestro voto, únicamente les hemos legalizado un puesto de trabajo muy bien pago, más todos los grandes beneficios, viáticos y regalías, a cambio de nada.

Por otra parte estas “víctimas del sistema”, que son los delincuentes que ingresan a tu casa amenazan con matarte a vos y a toda tu familia, tienen a su favor alguna organización de medio pelo o abogados que son parte del “negocio” que salen en defensa de los inapelables derechos de los que solamente son acreedores estos “señores”. Cuando son detenidos ponen cara de sufrimiento y desamparo, pero cuando tienen un arma en la mano y apuntan a su blanco, que puede ser una persona mayor o un Matías de dos años, ponen cara de gozo, poder, omnipotencia y nada les preocupa porque saben que para ser detenidos se  necesita que la persona que ellos amenazan de muerte firme la denuncia policial, y que por el gran temor que esto significa nunca lo van a hacer. Si por casualidad alguien como yo tiene el valor, a pesar de las amenazas, de denunciar a estos delincuentes; tiene que prepararse para el víacrucis que significa hacer la denuncia y que la fiscalía se digne a intervenir seriamente, que por obra de Dios libren una orden de allanamiento o de captura, que si esto da resultado te citen bajo amenaza de prisión para hacer un reconocimiento, que en el reconocimiento “te apuren” como si la víctima no fuera uno sino el delincuente, que cuando te llevan a ver la ronda de reconocimiento, detrás de una puerta de chapa, algún “fiscal” te llame a voz en cuello por tu nombre y apellido dejándote expuesto ante la gente a reconocer y otras tantas cosas que te da de pensar que la delincuencia está claramente legalizada y que detrás de ella tenés un poder  judicial temeroso de los delincuentes y de los familiares de estos mismos (a los 15 días, fueron puestos en libertad, y volvieron a reincidir en distintas clases de delitos; hay notas de archivo en el diario Puntal) , puesto que cuando por casualidad purgan sus escasas penas reinciden decenas de veces mas, la temerosa y débil justicia siembra las calles de la ciudad  con esta “gente” que en le 99% de los casos  delinquen nuevamente a las pocas horas de quedar libres. Quiero pensar, aunque me cueste, que el aparato judicial es defectuoso e ineficaz, y no un gran negociado sucio, inmoral y perverso manejado por el famoso “alguien de arriba”. La justicia se niega evidentemente a protegernos de la delincuencia al liberar siempre a estos eternos reincidentes. Si intentas hablar con cualquier político de turno para marcar los defectos que hay, te descalifican diciendo que te manda  “la contra”. En Río Cuarto tenemos gran presencia policial y ahora también  cámaras de video en la plaza Roca y sus alrededores, cosa que me parece excelente,  lo que me parece pésimo es que en esta zona del IPV halla nada mas que un solo agente y un móvil  para custodiar una cuarta parte de Banda Norte, por que parece ser que somos ciudadanos que no nos merecemos ser protegidos, que la vida de mis hijos es menos importante por no vivir en el centro de la ciudad o no tener un apellido política o comercialmente importante. Quiero dejar bien en claro que yo también considero que una forma de prevenir el delito es la educación y contención, pero ¿qué hacemos con los eternos reincidentes que se niegan a ser educados y contenidos? ¿qué hacemos con los que nos odian y nos apuntan a la cabeza? ¿que hacemos con los que cuando delinquen gravemente ponen la excusa de moda, ante fiscales y jueces complacientes, “estaba drogado y no sabía lo que hacía”?

 

Seguramente todas estas palabras de impotencia la van a comprender bien todos los desafortunados que pasaron por la misma situación que la nuestra. Estoy harto de escuchar a estas momias políticas decir que “hay que sentarse en la mesa del diálogo” para solucionar esto o aquello, que cuando llegan las épocas electorales besan niños, palmean a un anciano se abrazan con un albañil y saludan marquetineramente a la gente como si realmente les importara; entonces queda el amargo sabor de no saber a quien recurrir……

Dios nos  ilumine para que de alguna vez por todas tengamos la inteligencia y voluntad de poder realmente cambiar las cosas y que para los políticos de turno y los políticos “gerontes” que eternamente están llenando sus bocas con prédicas de cuarta, tengan en cuenta  a mis hijos   como seres humanos que tienen derecho a vivir con todas las garantías, y NO a que sean tomados como un simple número o peor aún como nada más que futuros “contribuyentes”. 
 
Carlos Fabián Irazoqui
DNI 20700284
30/10/06

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