De Alfonsín y Sarney a Kirchner y Lula

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Comenzó la Cumbre de presidentes en Córdoba, el análisis de Ignacio Tomás Liendo Director de la Carrera de Relaciones Internacionales de la Universidad Siglo 21.

Hace 20 años, el 28 de Julio de 1986, El Presidente de Brasil José Sarney, visitó Buenos Aires y firmó con el Presidente Alfonsín la partida de nacimiento del Mercado Común del Sur: el Acta para la Integración Argentino – Brasileña.
Esto representó  la cristalización del espíritu del encuentro de Foz de Iguazú, que había tenido lugar ocho meses antes, y en el que ambos presidente le habían dado toda la impronta y toda  la fuerza al único proceso de intregración que verdaderamente prosperaría en el Cono Sur.
Aquel contexto fue muy particular para América Latina y sobre todo para Argentina, quien había iniciado el camino de la democratización después de una guerra, y a la que se le habían cerrado los mercados centrales al tiempo que crecían sus obligaciones financieras, una vez que los fuegos del despilfarro se habían extinguido.
Inteligentemente y casi sin escapatoria, superando un siglo de relaciones contradictorias, Argentina se recostó en Brasil, intentando generar un liderazgo conjunto.
Las piedras fundamentales se constituyeron en torno a la idea de construir un proceso gradual de integración que culminara en un mercado común y al que pudieran adherir los países vecinos, generando un creciente espacio económico en América del Sur, que se consolidara, y con ello, diera lugar a un proceso más amplio de construcción política.
Pero el proceso no quedaba circunscripto a esto, si no que tendía también a intensificar la cooperación científica y tecnológica que permitiera a nuestro países superar sus restricciones, reinsertándose en el concierto de las naciones de una manera acorde a la envergadura de sus potencialidades.
En el medio, no sólo pasó demasiada agua bajo el puente y la concreción efectiva del MERCOSUR a partir del Tratado de Asunción de 1991, si no el vendaval de las reformas estructurales que limitaron los objetivos al Área de Libre Comercio y a la Unión Aduanera.
Hoy, más allá de lo construido con marchas y contramarchas,  y en un momento en que hay otros actores regionales de peso, se impone recuperar aquél mito fundacional, sin ideologías, pensando en todo el trabajo que nos queda cuando miramos a las generaciones que deberán beneficiarse del desarrollo que sin duda puede sobrevenir de la integración.
Esta Cumbre que hoy nos convoca en Córdoba, es una oportunidad enorme.
Que Kirchner y Lula estén a la altura de ese espíritu, y que todos los actores políticos y sociales sepamos trabajar en pos de este objetivo común, dónde es más lo que nos une que lo que nos atomiza.

Ignacio Tomás Liendo
Director de la Carrera de Relaciones Internacionales de la Universidad Siglo 21.

20/07/06

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