El ciudadano Juan Bell reflexiona sobre la necesidad de la casa propia y
señala al Estado como responsable de llevar alivio a la población.
Cuando se escucha que la Municipalidad, Provincia o Nación se embarcan en un plan de viviendas, se tiembla. No hay nada más frustrante para un cabeza de familia, que después de pagar durante años por una casa, la pierde por no poder cancelar la deuda. Entonces el Estado termina subvencionando. ¿Por qué toda la población debe tener su casa propia? Nada hay de malo que alquile. Pero a los valores de mercado eso absorbe entre el 30 al 70% del ingreso familiar. Si se pudiera acceder a un alquiler modesto, tiene dos ventajas. 1) De cerrarse la fuente laboral, puede trasladarse sin tener un «elefante blanco» y 2) puede dedicar un porcentaje alto para la construcción de su vivienda donde quiera y como quiera. De ser propiedad del Estado, se puede regular el mercado inmobiliario. Si la economía esta mal, con $ 20 se arregla y de mejorar se suben. Pero siempre las casas quedarían a nombre del que pago, el pueblo. ¿Cuántos juicios de remate hay en estos momentos? Miles. La limosna destruye al ser humano, tanto al que la da como al que la recibe. Demos trabajo a la gente y ella se construirá su propia vivienda. No se deben crear angustias al ciudadano.
Atentamente
Juan R Bell – DNI 92061605
belljuanroberto@yahoo.com.ar
Río Cuarto
23/06/06