Crisis educativa en la palestra

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“Si las palabras son llaves destinadas a  abrir el entendimiento o el sentimiento, los que tienen aptitudes intelectuales y emocionales, las pueden utilizar; los que no pueden, emplean “ganzúas” para lograr sus objetivos. Entendida la ganzúa como abusiva, procaz e innecesaria”(O. Piccardo).
 Vaya esto como reflexión, sobre cómo están cumpliendo el papel los equipos de conducción y gestión por un lado, y aquellos que están en una estructura superior de la cual depende toda institución educativa, ante reclamos y pedidos sobre algo básico que se descarta tiene que tener todo colegio que, en este caso, es una estructura edilicia digna.
Si acordamos con Juan Carlos Tedesco, que los problemas educativos dependen más del Ministerio de Economía que del Educación, es totalmente coherente la reacción de los alumnos de la escuela media Nº 9 de la Ciudad de Bs. As., al imitar conductas “piqueteras” de adultos, no importando el nivel educativo que posean, saliendo a la calle emulando los comportamientos de reclamo vigentes en la sociedad, quizás por falta de modelos y valores consensuados e internalizados, intentando sensibilizar y concientizar a las autoridades políticas, de promesas largamente esperadas e incumplidas. Repiten modelos de la modernidad, con dispositivos punitorios y coercitivos al impedir el libre tránsito, cortando las calles.

Si entendemos que educar es formar el carácter, en el sentido mas extenso y total de término: formar el carácter como una inversión que tiene que ver con una sabiduría teórica y práctica, con un enseñar a vivir desde un punto de vista no solo técnico sino humano. Ser buena persona hoy, no es solo ser buen ciudadano o buen político como pensaban los griegos, cualquier actividad puede tener dimensiones éticas mas o menos humanas. No tenemos un modelo de persona ideal ni de sociedad ni de escuela, mejor dicho “los modelos están rotos y otros por hacer”, al decir de Eva Giberti, se supone que existen valores universalmente acordados en los criterios educativos, y expresados densamente en todos los textos escolares y en la Ley de convivencia, hoy vigente, y que deberían servir de marco y de criterio ético para consensuar las exigencias desde lo individual a lo colectivo, de lo simple a lo complejo, de lo cuantitativo a lo cualitativo. Esto es elevar el nivel de responsabilidad y corresponsabilidad de la condición humana.
Son los llamados derechos fundamentales. Este es y debe ser nuestro punto de partida tanto para alumnos, directivos y para aquellos que tienen el poder para la toma de decisiones en las políticas educativas.
Me pregunto si existe coherencia entre lo que aparentemente se enseña y lo se proclama como ley a través de un régimen de convivencia instituido en la ciudad Autónoma de Bs. As., y lo que vemos en la realidad: sanción desde la superestructura ministerial, desplazamiento de un docente directivo de su cargo, o sea mas de lo mismo, sin haber un mea culpa político y ético del total abandono y desprotección  que muestra nuestro sistema educativo, como si fuera mas significativo ensanchar una calle, que recibe un rédito político mas visible y sustantivo en lo inmediato, que humanizar y jerarquizar las instituciones educativas, porque son réditos no visibles en lo inmediato.
Los protagonistas del conflicto, alumnos, directivos y funcionarios de la educación, y ahora involucrada la sociedad, tienen la ocasión de transitar un camino menos transitado pero mas creativo para llegar a la misma negociación, sin el desgaste que implica la repetición de pulseadas harto conocidas.
“La Educación es el punto en el que decidimos si amamos el mundo lo bastante como asumir una responsabilidad por él, y así salvarlo de la ruina que, de no ser por la renovación, de la llegada de los nuevos y los jóvenes sería inevitable. También mediante la educación decidimos si amamos a nuestros hijos lo bastante para no arrojarlos de nuestro mundo y librarlos a sus propios recursos, ni quitarles de la mano la oportunidad de emprender algo nuevo, algo que nosotros no imaginamos, lo bastante como para prepararlos con tiempo para la tarea de renovar un mundo común”.(H. Arendt)

Lic. Elena M. T. Farah
elenafarah78@hotmail.com
DNI 6.396.189
Lic. En Administración y Gestión de la Educación
Univ. Nacional de Gral. San Martin (BA)
Registro Minist. Educación de la Nación Nº 2184 

22/08/06     

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