Desde la Justicia también manifestaron preocupación por los asaltos a abuelos realizados por delincuentes que conocen en detalle la vida de sus víctimas

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El fiscal Jorge Medina destacó que “es una modalidad que surgió este año y que parece tener su origen en malvivientes foráneos”. Los asaltantes visten bien, andan en autos caros y realizan inteligencia de las víctimas. Engañan a los ancianos y al ingresar a sus casas generan el robo. La Policía confía en hallar a los autores y cree que se trata de «delincuentes locales».

La preocupación por los asaltos a abuelos realizados por delincuentes que conocen detalles de sus vidas y actúan con marcada preparación, llegó al Poder Judicial.
El fiscal Jorge Medina destacó que “es una modalidad que surgió este año y que parece tener su origen en malvivientes foráneos”.
“No es común lo que está sucediendo y por eso nos preocupa muchísimo. Tengo la impresión, por mi experiencia en la investigación de casos criminales, que se trata de delincuentes que no son de la ciudad o que residen en Río Cuarto pero tienen contactos con gente de Buenos Aires”, indicó.
Medina destacó que «es necesario un trabajo de prevención para que estos casos no se repitan».
Los asaltantes visten bien, circulan en autos de modelos nuevos, conocen nombres y apodos de los ancianos y de sus hijos, saben detalles de sus vidas personales y, sobre todo, conocen de la presencia de dinero.
En 3 meses se produjeron dos casos de características graves, donde hubo golpizas a los abuelos, y denuncias de otros hechos similares donde los abuelos fueron víctimas de engaño.
El subjefe de la Policía, comisario Alberto Sueldo, cree que, en cambio, que los asaltantes son de la ciudad y confía en apresarlos.

Los antecedentes

El pasado lunes, la víctima fue una anciana de 74 años, a quien le sustrajeron 11 mil pesos de su casa ubicada en Estrada al 1.100. Los malvivientes ingresaron al domicilio de Alicia Cenci de Bocco y bajo amenazas de golpearla, le quitaron el dinero.
La mujer sería propietaria de un campo, el cual estaría siendo explotado por un familiar, quien periódicamente le enviaría dinero.
Los ladrones, quienes se conducían en un automóvil «lujoso» gris, ingresaron por la puerta del garage, la cual estaba sin llave, pero tenía colocada una cadena de las de tipo pasador. Actuaron a cara descubierta y no tenían armas a la vista.
Una hora antes de que se produjera el hecho, el hijo de dos ancianos que viven en Belisario Roldán 390, en Alberdi, advirtió sobre un episodio parecido.
Ilda (73) y Lorenzo (76), aún consternados por lo sucedido, dieron más detalles en diálogo con Telediario.
“Se presentó un tipo que decía ser arquitecto y dio el nombre de mis hijos y donde trabajan. Como ellos no estaban me pidió dejarles una nota y cuando fui a buscar algo para que escribiera ya estaba adentro. Me mostró que tenía dólares y que se los quería dejar a mi hijo para que los guardara. Pero, antes me pidió que le mostrara donde yo tenía mi plata para ver si era un lugar seguro. Yo me negué y después de un tiempo se fueron. Afuera había otro hombre y una mujer en un auto gris», expresó Ilda.
«Los ladrones conocían el nombre de mis papás, el mio, los apodos y algunos datos personales. Solo se equivocaron cuando manfiestaron que yo estaba llegando en un automóvil y dijeron mal la marca», señaló, por su parte, el hijo de los abuelos.

Brutal

El pasado 7 de marzo se produjo otro asalto aberrante en el que fueron brutalmente golpeados dos ancianos y que ocurrió a las 11:30 , en Alberdi al 1.300, pleno centro de la ciudad.
Los malvivientes manifestaron traer una encomienda para la familia, con conocimiento de nombre, apodos y situaciones familiares privadas, por lo que el propietario de la casa, de 80 años, les abrió la puerta.
Con puñetazos e insultos comenzaron a pedir una importante suma de dinero, pero solo hallaron 800 pesos. 
La pareja de ancianos recibió varios golpes, en su mayoría en la cara, que les desfiguraron el rostro y provocaron un ataque de nervios en la mujer. La hija, también recibió varios puñetazos por parte de los malvivientes, quienes actuaron a cara descubierta y conocían el nombre de las víctimas.

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