Se reunieron con el fiscal Jorge Medina y le recriminaron que el hecho no haya sido elevado a juicio

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Se reunieron con el fiscal Jorge Medina y le recriminaron que el hecho no haya sido elevado a juicio. “Tengo miedo que nunca pase nada”, dijo Francis, madre de Francisco Cardarelli. La falta del arma demora la decisión de la fiscalía.

Ante las demoras en la investigación judicial, la familia de los esposos Francisco Cardarelli y Elsa Lépori, asesinados el 6 de septiembre de 1997, pidió en la Justicia que avance la causa.
El pasado martes se reunieron el fiscal de Cámara Jorge Medina, quien estuvo a cargo durante más de media década de la investigación, para consultarle sobre por qué el brutal episodio aún no ha sido elevado a juicio.
En diálogo con Telediario Digital, Francis, madre de Francisco Cardarelli, dijo que tiene miedo “de que nunca pase nada” y destacó que la falta del arma con la que el asesinó baleó a la pareja es el principal impedimento para dilucidar el caso.
Si dentro de 4 años persiste la inmovilidad judicial, la causa podría prescribir.
Ricardo De la Reta, quien estuvo detenido durante algunos meses, es el único acusado en la causa, aunque permanece en libertad.
Durante todo este tiempo, hubo tres intentos, por parte de la fiscalía, de elevar la causa a juicio, la última hace un año y medio. Pero, en todos los casos, la cámara en lo criminal hizo lugar a la apelación de la defensa y dejó sin efecto la acusación.
Según la defensa, la vía de investigación que tiene a De la Reta como principal sospechoso se ha agotado, razón por la cual no se han encontrado nuevas pruebas que lo vinculen con el hecho que se investiga.
Los Cardarelli eran propietarios de dos estaciones de servicio en Las Higueras y habían experimentado un rápido crecimiento económico.
La noche del 6 de setiembre de 1997, la pareja fue encontrada quemada dentro de un automóvil Chrysler blanco, estacionado en la banquina del camino a Achiras, a la altura del paraje San José.
Luego se sabría que las llamas no habían provocado los decesos, sino con heridas de bala que el agresor les provocó antes de rociar el vehículo con combustible y prenderlo fuego. Los casquillos aparecieron junto al auto, no así la pistola 9 mm.
A la hora del crimen, sobre las 10 de la noche, el acusado y amigo de la pareja, los esperaba a cenar en un conocido restaurante junto a su esposa.
Sin embargo, muchos testigos declararon que De la Reta llegó al restaurante después de las 23.
De la Reta dijo que el día del hecho, Cardarelli le pidió prestada su pistola 9 mm, pues iba a acudir a una reunión de “negocios” y temía por su seguridad. El arma nunca se halló.
 

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