El obispo de la ciudad santiagueña, Adolfo Armando Uriona, fue denunciado por una joven de 24 años por supuesto “abuso sexual”, sin embargo, ratificó días atrás su inocencia.
El juez de Control, Carlos Salazar, envió en las últimas horas a un colega riocuartense el caso por el cual el obispo de Añatuya, Adolfo Uriona, fue acusado de manosear a una joven que viajaba a su lado en un colectivo de larga distancia.
En ese marco, el funcionario judicial, remitió las actuaciones junto con el pedido del fiscal Alejandro Moyano, de sobreseimiento por «inexistencia de delito».
El obispo de la ciudad santiagueña de Añatuya, Adolfo Armando Uriona, fue denunciado por una joven de 24 años por supuesto “abuso sexual”, sin embargo, ratificó días atrás su inocencia.
“Soy absolutamente inocente”, dijo el prelado al referirse a los hechos ocurridos el jueves 2 de febrero, cuando al bajar de un colectivo en la Terminal de Ómnibus de la ciudad de Córdoba fue acusado por una mujer de 24 años, que afirmó haber sido manoseada por Uriona durante el viaje.
El religioso contó que “estaba mirando” una película en el micro y que cree que se “quedó dormido” antes de que finalizara el filme. En esas circunstancias, relató que no sabe en qué “hora de la noche” sintió que lo despertaron “violentamente”, le agarraron “la mano” y comenzaron a golpearlo y a proferirle “insultos” . “Yo me despierto atónito, y esta chica me estaba acusando de que yo la estaba manoseando”, prosiguió.
Uriona agregó que “en ese momento” le dijo que se iba a ver “inmediatamente” a los choferes y que no la vio “más” hasta arribar “a la Estación Terminal de Córdoba”.
Según el obispo de Añatuya, “allí, en el andén”, él le pidió a su secretario, quien lo esperaba, que le “retire los bolsos”, cuando ella volvió a increparlo e insultarlo.
“ A raíz de los insultos y de sus gritos se acerca la Policía. A ella la llevan hacia una parte y a mí me llevan hacia una dependencia que tienen en el subsuelo de la Terminal”, precisó. Luego mencionó que fue trasladado a distintos organismos para que le tomaran las “huellas digitales”, sacarle una foto, ver “al médico forense”, y pedirle los datos.
“También me leen una especie de acta, creo que se llama así técnicamente, donde me declaran en libertad”, finalizó Uriona, quien recordó que “el martes pasado” prestó “declaración ante el fiscal” y que no conocía a la mujer.
El obispo dijo estar “lleno de perplejidades” que espera que “con el tiempo se vayan aclarando”. “Antes que nada yo me pregunto de dónde provino la primera información, que era realmente escandalosa, era hasta casi morbosa, y que después la declaración auténtica la desmiente” señaló. en ese momento.
En tanto, la joven que denunció al obispo realizó una presentación ante la Nunciatura Apostólica para pedir la intervención del papa Benedicto XVI en el caso.
Así lo confirmó el abogado de la joven, Daniel Omar Herrera, quien precisó que en la presentación ante el Papa, la máxima autoridad de la Iglesia Católica, se pedirán “una serie de medidas dentro del derecho canónico”.
Herrera indicó que en la presentación, además de circunscribir la situación en la competencia del Papa, se narrarán los hechos denunciados y se solicitará “que Benedicto XVI tome medidas en esta situación, que se circunscribe dentro de un delito de abuso sexual sin acceso carnal”.
El letrado aseguró además que junto a su representada no forman parte “de ninguna interna de la Iglesia” y que tampoco están “en contra de cualquier tarea pastoral que pueda hacer monseñor Uriona con los campesinos, con los humildes, con quien sea”.
“Lamentamos que la Iglesia a la que pertenecemos se haya olvidado de la víctima. Porque acá hablan permanentemente de una interna o de un ataque hacia el obispo y se olvidan que hay una víctima”, opinó Herrera, quien aclaró que no interviene en la causa penal que se ventila en los tribunales cordobeses.