RAYITO DE SOL

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Los pequeños alumnos que egresaron de la Salita de 4 años del Jardín Maternal de la Universidad Nacional de Río Cuarto recibieron sus diplomas.El Aula Mayor del campus universitario abrió sus puertas para recibirlos junto a sus padres y, en medio de ese gran escenario de donde salen los nuevos profesionales de la Universidad, los chicos no se inmutaron, cantaron y siguieron jugando. Se sentaron o corrieron por un trecho hasta los brazos de sus maestros o de sus papás.
Este lunes quedó demostrada una vez más la admirable tarea de las maestras del Jardín Maternal, que con infinito cariño y vocación supieron, como todos los días en el aula, en la salita de juegos o en el patio del Jardín, contenerlos con mucha ternura para que el acto se pudiera cumplir. Fue el colofón de los prácticamente cuatro años de vida que los pequeños compartieron en el Jardín durante las horas de trabajo de sus padres.
Los 35 chicos recibieron sus diplomas de manos de sus maestras, en presencia de sus papás. Subían al escenario en muchos casos acompañados por otros hermanitos que ya pasaron por el Jardín o que pasarán.
Inicialmente, entonaron con vocecitas desparejas una canción a la bandera. Luego sus maestras Valeria Rivas y Claudia Díaz los despidieron con palabras no ausentes de nostalgia. Es que se iban 35 pequeños, que eran la prolongación de su diario afecto y la motivación de su noble profesión.
«Estos son los momentos en que uno desearía volver el tiempo atrás y tener la oportunidad de revivir cada uno de los momentos pasados. Todas las despedidas nos traen recuerdos. Es un pedazo de nuestras vidas que nosotros estamos dejando ir con cada uno de ustedes», dijo la maestra Valeria Rivas.
Claudia Díaz se dirigió a los padres de los pequeños señalando que «este encuentro no es un momento más, sino uno especial, ya que comienzan junto a sus hijos una etapa diferente en la que van a recorrer nuevos caminos. Les agradezco -agregó- la participación solidaria y su tiempo, que en realidad es un tiempo ganado para los chicos».
«Les pido -señaló finalmente dirigiéndose a los niños- que de aquí en adelante caminen lentos, pero firmes, seguros en la vida».
La docente Marta Mujica acompañó la entrega de cada uno de los pequeños diplomas de los niños egresados con una descripción de su personalidad, lo que reveló otra faceta de esa vocación de hacer crecer educando y observando.
La descripción de las cualidades de cada niño que recibía el diploma era recibida con orgullo y satisfacción por sus papás cuando llegaban al escenario, como muestra de aprobación a un trabajo que exige una dedicación especial.
Previo a la proyección de un video con imágenes de las actividades de los cuatro años que los pequeños pasaron por el Jardín Maternal, hizo uso de la palabra el secretario de Bienestar, Guillermo Huck. Pidió que «hagan de la familia el primer espacio de formación y de compromiso, para que los pequeños de hoy avancen hacia una juventud con valores solidarios y sociales».
«La familia -insistió Huck- es el lugar donde se inculcan los valores, hoy tan ausentes en la sociedad de nuestros días».
También agradeció «la comprensión y apoyo» del personal docente del Jardín Maternal, que depende de su área universitaria, en la tarea y deseó felices fiestas a las familias congregadas en el Aula Mayor de la Universidad.
Lilian Morosini, directora del Rayito de Sol, aseguró que vivió «un momento muy emotivo con el acto de colación. Hemos compartido con sus padres las horas de estos pequeños, de los que hoy nos cuesta despedirnos, pero ellos comienzan una nueva etapa y deben continuar».
Reflexionó que «los padres son los primeros educadores, son el pilar afectivo de estas personitas, como bien dijo el profesor Huck; nosotros sólo aportamos un granito de arena para que crezcan con amor y contención».
Finalmente, la directora del Jardín Maternal les deseó a los padres y a sus niños egresados «no la riqueza de las cosas o del dinero -como dijo el educador Jaime Barylko- sino la riqueza de la vida».
El Jardín Maternal Rayito de Sol tiene un plantel de 21 docentes, vicedirectora y directora. Funciona desde 1986 como una extensión social de la comunidad universitaria para que los hijos pequeños de los docentes, no docentes y estudiantes permanezcan mientras duren sus horas de trabajo o de estudio cerca y en un lugar adecuado.

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