LO QUE DICTA LA CONCIENCIA

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Terminan en la Universidad Nacional de Río Cuarto las Primeras Jornadas de Bioética, organizadas por la Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales. Disertan expertos en las diversas aristas de la Bioética, disciplina nacida hace 25 años.El acto de apertura tuvo lugar a medio mañana de la víspera, en el aula mayor del campus, y fue presidido por el rector Leonidas Cholaky Sobari.
Estas Primeras Jornadas de Bioética que hoy concluyen procuran generar un espacio de diálogo y reflexión donde se pueda debatir acerca del rol de la bioética en este siglo, teniendo como objetivo la preservación de la dignidad humana en sus diversas expresiones, y entendiendo a la bioética como una práctica dinámica, racional y reguladora de los valores éticos y morales.
Los temas del encuentro son: Ética de la Ciencia práctica, La bioética en el siglo 21, Bioética y Derecho, El Papel del Estado; Responsabilidad social del científico; Ética y genética, y Ética del cuidado de la salud.
En la ceremonia inaugural estuvieron también presentes el decano de la Facultad de Ciencias Exactas, Fisico-Químicas y Naturales, Héctor Agnelli; la profesora Gladys Mori, vice decana de esa unidad académica, el doctor Jorge Medina, docente a cargo de la asignatura Estudios de la Realidad nacional,de la Facultad de Ciencias Exactas, y la profesora Cristina de De Ángelo, miembro del Centro de Estudios y Actividades para una Cultura de la Paz.
Participaron además autoridades, organizadores de las jornadas,
disertantes, docentes y alumnos.
El doctor Jorge Medina, a cargo de la cátedra Estudio de la Realidad Social Argentina de la Facultad de Ciencias Exactas, sostuvo con respecto a la bioética: «La evolución científica de los últimos años ha llevado a la toma de conciencia por parte de los distintos actores sociales, de la importancia y necesidad de una disciplina pluriabarcativa que permita resolver cuestiones que se plantean a partir del desarrollo de técnicas que involucran de modo directo la razón de ser de la ciencia: el mejoramiento de la calidad de vida».
Explicó que «la incorporación de la palabra bioética al vocabulario activo de la postmodernidad ilustrada no hizo sino sintetizar preocupaciones muy antiguas. La relación entre formas distintas de saber y hacer -reflexionó Medina- el impacto de la ciencia y la tecnología sobre la vida humana, las visiones diferentes y antagónicas sobre el bienestar humano, la necesidad de preservar la naturaleza y la cultura son solamente algunas preocupaciones que esta palabra permitió cohesionar y a las que dio presencia y legitimidad social».
«Lo que la palabra identifica puede se tratado como un movimiento social, una disciplina intelectual o un conjunto de productos sociales, en cada una de esas acepciones – aseveró Medina- su principal aporte ha consistido en el empleo de formas distintas de diálogo, entre personas, creencias, ideologías, disciplinas y racionalidades, ya que desde su comienzo la bioética identifica un espacio multifacético y plural donde interdisciplinariedad es su marca distintiva, tolerancia su valor moral».

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