«Los delasotistas decían que los cordobeses no podían votar a un humorista, pero yo no soy Cacho Buenaventura o Piñón Fijo», con esta definición de Luis Juez comenzaba un domingo de fuerte expectativa política y escaso interés de la gente…La intensidad de un sol de verano fue haciendo tajos en la neblina matinal y poco a poco la jornada quedó inmersa en un calor sofocante. Las urnas devoraron los votos ante la presencia incrédula de los que miraban perplejos una lista nombres con letras pequeñitas que manchaban un largo papel de diario.
Sin sobresaltos ni euforias, con mas gente en las plazas que en las escuelas, la jornada electoral desplegó los últimos flashes para una carrera con final anunciado.
El peso del Gobernador en los pagos del sur ya dejó de ser solo un cuento del gallego.
José Manuel De la Sota sustentó en el interior su fuerza de choque a la rebelión del nuevo frente. Harto de pedir disculpas por el resultado en Córdoba De la Sota le costó disimular un rostro de preocupación por la diferencia en la capital que marcó un final abierto en las legislativas.
A Jorge Mendez le alcanzó con dejarse llevar por los ecos de la reelección de De la Sota para lograr un triunfo sin discusiones. Un discurso de obediencia debida fue suficiente para superar a un radicalismo sustentado en las peripecias de un llanero solitario.
Abella y Rins le pegaron una cachetada al oportunismo y ratificaron sus deseos de volver a ocupar el trono de la ciudad, mientras los votos volvían a manifestar una derrota categórica del radicalismo en la ciudad.
Los caudillo del imperio caído siguen regocijándose por victorias con telarañas inmersos en la burbuja de la nostalgia, pese a que los riocuartenses repiten sus votos de confianza al mandamás provincial. Uno de los bastiones del partido centenario hace 3 elecciones que muestra a un gigante con pies de barro.
Las imágenes del final de la tarde reflejaron demasiadas caras de Caran y solo algunos resabios de la gloria perdida para la UCR. Aguad y Negri contaban moneditas en la vacía Casa Radical para quedarse al menos con un vuelto de la caja electoral.
En la docta todavía suenan las carcajadas de un abogado con pinta de Super Mario Bross que golpeó sin reparos la soberbia del Gobernador. La capital se convierte con el triunfo de Luis Juez en el principal bastión antidelasotista de la provincia.
La derrota en Córdoba mostró las impericias de un De la Sota que tras el fracaso de su alianza con el menemismo de Kamerath, echó al carismático fiscal anticorrupcion y los convirtió en el nuevo heroe popular en la Liga de la Justicia.
En Río Cuarto el legado del flamante super star de la política mediterránea permitió que se instalara una tercera fuerza que por ahora es una interesante insinuación. Muestra de ellos es Gumersindo Alonso, eje fundamental de los votos frentistas en el sur, quien pudo cumplír sus objetivo de ocupar una banca en el Congreso de la Nación.
En la pelea local, José Waicekawsky sabe que cumplió y afila los cuchillos para una disputa por al Intendencia en una elección para alquilar balcones. La disputa por el Palacio de Mojica será a dientes apretados y los titanes ya se subieron al ring.
Las fotos del cierre en los festejos en Córdoba, le dieron el marco final de confusión a una tarde no apta para desprevenidos. El legado menemista, ex peronistas, radicales sin complejos, zurdos y diestros… Una compleja mixtura de colores e ideas vaciaron su alegría bajo las alas de un candidato que en un abrir y cerrar de ojos cambió la previsible situación política de la provincia. (Lic. Pablo Callejón).