¿QUÉ VES CUANDO ME VES?

0
Compartir

El estilo K desnudó su caras y caretas en el fresco mediodía riocuartenses. Entre besos repetidos y frases oportunas el mandatario sedujo a los miles de vecinos que colmaron la Plaza Olmos.El protocolo de Kirchner es precisamente burlarse de los tiempos y las formas establecidas. La hora de llegada a Río Cuarto estaba prevista para las 11 de la mañana pero las reuniones urgentes por el nuevo presupuesto presentado al Congreso de la Nación postergaron su arribo para las 12.
Una larga caravana acompañó su llegada al Palacio Municipal donde una bulliciosa tribuna de mujeres, estudiantes, dirigentes políticos y curiosos sin prejuicios de cholulos, lo esperaban con banderas que teñían de celeste y blanco la plaza.
Kirchner mostró rápidamente su estilo cómplice y desnudó los gestos informarles de lo que algunos llaman la nueva forma de hacer política. Con algunos matices que recuerdan el populismo tradicional del peronismo y una naturalidad, quizás demasiado forzada, el Presidente robó aplausos fervorosos y los gritos desenfrenados de algunas fanáticas desde la tribuna.
En su ingreso al palco la música de Diego Torres y una presentación estruendosa del locutor oficial le dieron el marco ideal para un acto que estaba distante del formalismo tradicional. Los besos y saludos a la distancia se repitieron hasta llegar a ser casi personales, y los seguidores no tuvieron el prejuicio de los rutinaria al momento de insistir con sus brazos levantados y el grito de ¨Kirchner… Kirchner… Presi… acá, acá…¨.
Los discursos y firmas no cambiaron el contexto, aunque en la presentación oficial del Presidente en la ciudad no faltaron los espacios para las bromas. En el momento de los regalos, De la Sota le entregó lo que se llamó un ¨poncho cordobés¨ y como era de esperar Kirchner se colocó la prenda generando la risa generalizada de aprobación que llegaba desde las gradas.
Al momento de su propio discurso, el ¨huracán del sur¨ brindó ráfagas de su particular estilo. Dicen que es mejor reírse de los defectos propios y desnaturalizar así la burla de los demás, es por eso que Kirchner dijo en su alocución que: ¨Algunos dicen que no veo bien. Es posible que se me desvíe la vista pero lo que nunca se me desvió es la mano en la lata¨.
El ex Gobernador santacruceño respondió además a las banderas que pedían respuestas para la situación de remate de los deudores de vivienda única y a los simpatizantes de la agrupación Agustín Tosco liderados por Rita Aliaga.
De aquellas primeras visitas de un Kirchner desconocida, poco carismático y sin respaldo político a esta vorágine de gestos y palabras de líder popular ha transcurrido mucho tiempo… aunque en realidad no tanto.
La continuidad de la visita tuvo escasez de altibajos y el final se deslizó en el telón de manos enrojecidas y sonidos de aprobación que llegaban de todos los sectores. Empalagado por las mieles del éxito, tras un triunfo electoral categórico el pasado fin de semana para quienes suscriben a su ¨¨modelo, Nestor Kirchner camina entusiasta por el sinuoso camino de la aprobación popular.
El nuevo líder justicialista conjugo en apenas 3 meses de Gobierno una respuesta de la gente que resulta inédita en la historia política reciente. Cuesta creer que la Argentina de los cacerolazos sea la misma que otorga un cheque en blanco a un Presidente reciente.

Commentarios

commentarios

Compartir