Reforma Laboral: Argentina no es Bélgica

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Por Guillermo Geremía

En una disertación, el politólogo y sociólogo argentino Atilio Borón,  aseguró que “ en 2 semanas en Argentina pasan más cosas que en 200 años en Bélgica”. La afirmación que aparece desproporcionada y grandilocuente encuentra en la realidad rápida justificación.En un puñado de días desapareció un submarino con 44 tripulantes, en una represión matan a un joven mapuche, un fiscal pide embargar en millones de pesos al primo del Presidente, la Vicepresidenta en ejercicio asegura que el beneficio de la duda está a favor de las fuerzas represivas, la Corte Interamericana de Derechos Humanos le impone al país aliviar realmente las condiciones de detención de la dirigente social y diputada del Parlasur, Milagro Sala. Y siguen los acontecimientos sin solución de continuidad.

Es en esta vorágine de episodios que pareciera anclarse la anestesia casi total por la que avanzan tres reformas medulares que, de aprobarse,  condicionarán la vida de los argentinos por varias generaciones.

La reforma tributaria, la previsional y sobre todo la laboral.“El cambio es estructural, no hubo una reforma de este tenor en casi 50 años de contrato de trabajo, ni siquiera la reforma de la Dictadura en 1976, fue tan intensa”, manifestó el especialista en derecho laboral Diego Tosca en diálogo con el programa “El Día en 10 Noticias”, que se emite por la señal satelital de Canal 13 de Río Cuarto.

Para el docente de la Universidad de Buenos Aires la reforma laboral impulsada por el Gobierno de Macri  y “consensuada” con dirigente gremiales que “están mirando cuestiones corporativas y personales a cambio de cierta impunidad y benevolencia”, provocará un descalabro en el mundo del trabajo y la producción.

El abogado laboralista consideró que no hay punto del proyecto que no implique un retroceso para derechos consagrados de los trabajadores.-Precarizada el ingreso al mundo laboral con prácticas formativas (pasantías).-Impone su  vigencia a los actuales trabajadores y no sólo a los nuevos puestos que se generen.-Los empleadores y empleados podrán negociar a la baja condiciones laborales, algo expresamente prohibido actualmente.-Habilita modificar condiciones generales de empleo eliminando la posibilidad de frenarlas con medidas judiciales cautelares.-A través de un amplio y extendido blanqueo elimina multas y pago de indemnizaciones en perjuicio de trabajadores y a favor de los empleadores.

“La reforma es fundamentalmente contra los trabajadores pero también afecta a los buenos empleadores. Beneficia al empleador irregular, al empleador que no registra y a las grandes corporaciones”, afirma Tosca.

Semejante terremoto afectará desde los cimientos al mundo productivo en donde se ha construido, con todos sus defectos, el crecimiento de la Argentina de los últimos años. Cabe preguntarse cómo se hicieron exitosas las grandes empresas nacionales o extranjeras que no han parado de  crecer pese a los supuestos privilegios del mundo laboral; contra el cual accionan para limitar en aras de “ser competitivos”.

En todo caso, son las pequeñas y medianas empresas las que corren en desventaja en un océano económico  en donde desde hace décadas el pez grande se come al pez chico. La vertiginosa realidad de la Argentina de estos meses y acelerada en las últimas semanas, parece distraernos de este avance sobre derechos que tanto costaron conseguir.

No obstante, el poder anestesiante no es absoluto. Centrales sindicales disidentes, gremios combativos y organizaciones sociales de base comenzaron a organizarse para resistir el embate. El primer logro fue postergar parte del debate para cuando asuma el nuevo Parlamento. Ganar unas semanas no parece poco,  en un país que escribe en ese tiempo una historia  que ni en siglos sucede en  los países bajos. Así son las cosas.

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