La langosta avanza y ya afectó 120 mil hectáreas en Córdoba

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Por ahora no ataca cultivos sino pasturas en los montes nativos. Buscan controlar que no vuelen a otros puntos de la provincia. El riesgo podría ser mayor en un año. 

El peor ataque de langostas en 50 años, como lo definió Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), tiene su impacto en Córdoba, puntualmente en algunas zonas del Valle de Traslasierra.

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) emitió un comunicado en el que informó sobre el monitoreo y control de 38 focos de la plaga en todo el país en las últimas 48 horas, de los cuales 10 pertenecen a Córdoba. Antes, había informado sobre la conformación de un comité interprovincial para combatirla.

Y si bien no hay un cálculo oficial, la superficie ya afectada por langostas en la provincia alcanzaría entre 120 y 130 mil hectáreas, según reveló a Agrovoz el tesorero de la Sociedad Rural del Oeste de Córdoba, Mario Chiappero.

Reunión

Esta entidad, con sede en Villa Dolores, fue sede el miércoles por la tarde de una reunión de la que participaron técnicos del Senasa, el Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Provincia, el Ministerio de Agua, Ambiente y Servicios Públicos; y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, en la que se informó el estado de situación de la plaga en la Provincia.

Según Chiappero, en un primer momento se detectaron cinco focos con el insecto a 50 kilómetros al norte de Villa Dolores, que fueron controlados pero luego aparecieron algunos focos más que están siendo monitoreados por el Senasa. “Se está esperando que pueda aparecer algún foco más. Calculamos que el área de dispersión de los focos está entre 120 y 130 mil hectáreas. Por eso es que, por ahora, se pueden controlar sólo con los métodos que están usando de mochilas”, señaló el dirigente de la rural villadolorense.

“En todos los casos, los daños provocados por la plaga no se registraron en cultivos, sino sobre pasturas y campo natural”, informó el Senasa y Chiappero lo confirmó. “De todos modos, no deja de ser un problema porque se están comiendo el pasto con el que se alimentan los animales en invierno”, señaló.

En la reunión, un ingeniero de la Universidad Católica de Córdoba precisó algunas características de las langostas. Entre ellas, que comen por día el equivalente a su peso, que en general ronda los dos gramos. Aunque parezca poco, multiplicado por un foco que tenga dos millones de insectos, significa cuatro mil kilos menos de pasto por día.

Fumigaciones aéreas, no

Otro de los aspectos salientes del encuentro en Villa Dolores es que se descartó, al menos por el momento, la realización de fumigaciones aéreas para combatir la plaga. Según Chiappero, el objetivo no es eliminar a los insectos sino controlarlos para que no aumente más la población y se muevan de la zona en la que ya están. Esto además, lleva tranquilidad a los apicultores que temían que aplicaciones por aire pudieran afectar también a las poblaciones de abeja.

“Nos explicaron que, si hay poca cantidad, el insecto no enjambra. Si los grupos son grandes, buscan más alimentos; si son chicos, se quedan en la zona. Los controles apuntan a eso: achicar los grupos. Es imposible eliminarlo y tampoco es conveniente porque es un insecto importante en el ecosistema”, puntualizó Chiappero.

“Los controles son focalizados, con el objetivo de minimizar el impacto ambiental y preservar la salud de los vecinos de la zona y de los aplicadores de los productos”, añadió el Senasa.

El organismo recordó su llamado a productores y población en general a que denuncien la presencia de langostas ante la oficina del Senasa o en la sede comunal más cercana (en Villa Dolores, Caseros 380, 03544-421163), llamando a la línea gratuita 0800-999-2386 o enviando un correo electrónico a: acridios@senasa.gov.ar, dvdolores@senasa.gob.ar y rpujals@senasa.gob.ar. También en la Sociedad Rural de Villa Dolores: 03544 – 423024 o sroestecba@gmail.com.

Riesgo 2016/2017

Por otro lado, Chiappero también mencionó el peligro de que el impacto fuerte de la plaga no se dé a corto plazo sino pasado el invierno 2016.

Las langostas en su ciclo de vida pasan por tres estadíos: caminadora, saltona y voladora. Este último comienza una vez que empiezan a reproducirse y es cuando comienza el peligro de que se muevan de una zona a otra para alimentarse.

“La mayor parte de la población de langostas está en etapa de saltona y en febrero ya pasarían a adultas. El tema es si se forman grandes cantidades y se mueven. Desde el Senasa calculan que no van a llegar a formarse grupos importantes que levanten vuelo. Pero lo que estamos temiendo es que quede mucha población para la próxima primavera”, destacó Chiappero.

Un dato clave es que una pareja de langostas, en 18 meses, produce dos millones y medio de descendientes. “No es un ciclo de tres o cuatro meses, el peligro es a largo plazo. El año pasado ya se detectó muchísima langosta pero no era peligrosa, en cambio ahora ya sí. Y para el próximo ciclo, que sería la primavera que viene, lo seguirá siendo”, alertó el dirigente.

 

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