Caso Frangie: «El que anda por mal camino tiene que acabar mal»

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El jefe de la Unidad Departamental Oscar Zuin valorizó la investigación y consideró que el ex sargento imputado «es un personaje infiel y corrputo». Resaltó que tuvo que dejar la fuerza.

La causa

En la continuidad del juicio a Antonio y Jacinto Frangie que se desarrolla en la Cámara Segunda del Crimen, declaró un hombre que les habría comprado droga y que fue incorporado como testigo clave en la causa para determinar cómo era el proceso de comercialización de los acusados.
El testigo ratificó como era el procedimiento de compra y señaló al policía Jacinto Frangie como el operador de venta de los estupefacientes.
El ex sargento policial y su hermano, el ex empleado de la subsecretaría de Gobierno Municipal, llegan imputados junto a la concubina de Jacinto Frangie por tenencia de drogas con fines de comercialización.
En la segunda audiencia, también se esperaba el testimonio de una efectivo policial que participó del procedimiento en la vivienda en Sadi Carnot al 1024 y que conoce profundamente la investigación que derivó en el allanamiento. Sin embargo, su aporte fue postergado debido a que no se hallaba en la ciudad.
Las testimoniales fueron solicitadas por el fiscal de Cámara Jorge Medina, quien intenta determinar si Frangie formaba parte de las operaciones de venta como sostuvo el fiscal Walter Guzmán en su instrucción, ó solo era un consumidor.
«El testigo que fue comprador dio cuenta de la operación y apuntó a Jacinto Frangie, quien se hacía llamar Diego. Manifestó que en un par de oportunidades concurrió a su vivienda y en otros se dirigía a otros lugares. Además, afirmó que no conocía a Antonio Frangie ni a Mansilla», señaló.

El hecho

Según surge de la investigación a cargo del fiscal Guzmán, el 16 de mayo del año pasado, a las 19,35, se presentó en la vivienda en Sadi Carnot al 1024 un hombre que fue atendido por Jacinto Frangie. «En dicha ocasión Marina del Carmen Mansilla, junto con su pareja, le vendieron dos gramos de clorhidrato de cocaína a cambio una suma de dinero», indicó el fiscal.
Añadió que «a los pocos instantes el comprador salió de la vivienda y se retiró en un automóvil Volkswagen Gol, en sentido oeste, doblando por Pasaje Jefferson en sentido norte».
«Al ser advertida la situación por personal policial que se hallaba realizando tareas de vigilancia, se practicó un seguimiento logrando interceptarlo en calle Echeverría intersección con María Olguín. Una vez en sede policial y en presencia de dos testigos hábiles se incautó el estupefaciente», precisó.
Ese mismo día, alrededor de la hora 20:30, la Policía ingresó al inmueble en Sadi Carnot -planta alta- ocupado por Antonio Frangie. En forma voluntaria, el ex empleado municipal entregó dos envoltorios, «uno de ellos con una rodaja de clorhidrato de cocaína compactada acondicionado en papel film y cinta negra por el peso de 3,4 gramos, mientras que el restante termosellado contenía cocaína en polvo por el peso de 0,3 gramos»
También se secuestró «un plato con un rallador que tenía restos de cocaína, dos tubos cilíndricos, un recorte de nylon blanco y un envoltorio, todos con restos de cocaína», detalló el informe del fiscal.
Añadió que «en un placard se incautó una tapa de gaseosa, un recipiente amarillo, similar al que poseen los huevos kínder, y dos hojas de trinchetas, todos con restos de cocaína».
En la continuidad del allanamiento se revisó una segunda habitación, hallando «un recorte de nylon blanco circular; una hoja de trincheta; un colador y un envoltorio con restos de cocaína».
De manera simultánea, efectivos de la División Drogas Peligrosas accedieron a la planta baja de la vivienda ocupada por Marina Mansilla y Jacinto Frangie. Allí se logró incautar «clorhidrato de cocaína en polvo por el peso de 0,5 gramos, la cual se hallaba esparcida en forma de una línea».
También se advirtió «una hoja metálica, una tarjeta de plástico Neverland y un trozo de bombilla plástica(sorbete) con restos de cocaína».
Los investigadores hallaron, además, «un trozo de clorhidrato de cocaína de 7 gramos compactada en papel film transparente, un recipiente de plástico con once envoltorios de cocaína en polvo “alita de mosca” que pesaban 3,5 gramos, una bolsa de nylon de cocaína compactada con 8,6 gramos y un envoltorio de papel film con restos de clorhidrato de cocaína.
En un cajón de la mesa de luz incautaron un blíster con 12 comprimidos de alprazolan 2 mg. y sobre un estante se halló un trozo de vidrio rectangular que tenía esparcido clorhidrato de cocaína. El allanamiento también advirtió un plato cerámico con un envoltorio de 82,2 gramos de droga y otro de 28,8 gramos.
Para el fiscal, «toda la sustancia estupefaciente secuestrada era tenida para su posterior comercialización por parte de Jacinto Bernardo Frangie, Marina del Carmen Mansilla y Antonio Simón Frangie, atribuyéndosele en consecuencia el delito tipificado como comercialización de estupefacientes».

«Círculo cerrado»

El fiscal precisó que «del análisis en su conjunto de la prueba» se probó que Jacinto Frangie y su pareja Marina Mansilla, «vendían sustancias ilícitas».
La situación «fue debidamente acreditada luego de varios meses de tareas investigativas relacionadas con seguimientos de los sospechosos y escuchas telefónicas de las líneas utilizadas por los prevenidos».
También consideró probado que «Jacinto Frangie y Marina Mansilla, con el objeto de no ser descubiertos en la actividad ilícita que llevaban a cabo, se proveían de poca cantidad de sustancia tóxica y cuando se quedaban sin stock nuevamente se abastecían».
«Asimismo, se determinó que los compradores de sustancia estupefacientes eran un “círculo cerrado de personas”», expresó.

«Delivery»

Con respecto al coimputado Antonio Simón Frangie, para el fiscal «se desprende que el mencionado, al menos en una oportunidad
guardó sustancia toxica y elementos para fraccionarla (balanza de precisión), propiedad de su hermano Jacinto y de Marina Mansilla»
«La vigilancia policial advirtió que el día 4 de abril del año pasado, en ocasión que se practicó un control infructuoso sobre un comprador de sustancia, circunstancia de la que fue anoticiado Jacinto Frangie, motivó a éste que llevara los estupefacientes a la casa de Antonio. Asimismo se halla corroborado que el nombrado -Antonio Frangie- habitualmente les requería cocaína a su hermano y Mansilla, no sólo para su consumo personal (lo cual hacía de manera usual), sino también para realizar delivery con sus conocidos», enfatizó el fiscal Guzmán.
Añadió que «se corroboró que -Antonio Frangie- desarrollaba dicha actividad ilícita junto con su hermano y la pareja de éste ya sea guardándole sustancias, como enviando compradores a la casa éstos».
«Ha quedado plasmado en las escuchas que, en algunas ocasiones, se comunicaba con Jacinto y Marina a fin de anoticiarlos que enviaba a ciertos compradores por él conocidos, como también les cobraba y luego le entregaba el dinero a su hermano o Mansilla. Asimismo que financiaba las compras de los adquirientes con su hermano “anotándose a su cuenta lo comprado por aquellos”, resaltó.

«Escuchas autorizadas»

En diálogo con Telediario, el fiscal de Cámara Jorge Medina sostuvo que se realizaron escuchas telefónicas realizadas por la SIDE y «autorizadas por el juez de Control Daniel Muñóz donde se deduce que los imputados se dedicaban a operar con estas sustancias prohibidas».
«Lo que se ha podido determinar es que quien se dedicaba a la comercialización es el policía Frangie, con la colaboración de su concubina. Está determinándose que responsabilidad le cupo a su hermano. Hasta ahora, se ha podido establecer que sirvió de nexo para llevar una tiza de cocaína y percibir una determinada suma de dinero para su hermano», señaló.
Agregó que «igualmente se advierte que ha vendido tizas de cocaínas a sus conocidos y que les cobraba para luego entregarle el dinero a su hermano, realizando actos de comercialización de sustancia en menor medida que su hermano y la pareja de éste».

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