Una columna alineada reparte las presiones y las tensiones, permitiendo que no se generen contracturas, incluso durante el descanso.
Cuando conciliar el sueño se dificulta, probablemente se esté en presencia de una desequilibrio interno, generado por el mal funcionamiento del sistema nervioso. Sucede que el estrés diario atenta contra la capacidad de actividad, simplemente porque genera tensión en el cuerpo, tanto física, química como emocionalmente.
Por raro que parezca, una columna alineada reparte las presiones y las tensiones diarias y no deja que estas se estacionen, generando contracturas e incomodidad para acomodarse en la cama. El sueño, entonces, se hace reparador y el descanso se torna recuperativo y la persona se carga de energía para encarar una nueva jornada.
La quiropraxia consigue que, al lograr un equilibrio neurológico libre de interferencias y subluxaciones, el cuerpo funcione adecuadamente. Y son precisamente los ajustes quiroprácticos los que devuelven al organismo la capacidad innata de recuperar las funciones nerviosas.
El quiropráctico analiza exhaustivamente la columna vertebral y aplica los métodos de evaluación para hallar la subluxación vertebral, esa vertebra fuera de lugar que comprime un nervio. Luego, con precisos ajustes vertebrales, las coloca en su lugar. Así, el paciente comienza a sanar y sus funciones generales empiezan a mejorar.