Un peón de campo muestra el daño de los agrotóxicos en su cuerpo

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Un ex trabajador rural de Entre Ríos fotografió su cuerpo desnudo e intoxicado por los agrotóxicos que se utilizan para fumigar los campos argentinos.

 

daños por quimicos

 

Un ex trabajador rural de Entre Ríos fotografió su cuerpo desnudo e intoxicado por los agrotóxicos que se utilizan para fumigar los campos de soja, convirtiéndose en un testimonio viviente del daño que provocan los químicos en la Argentina. Se llama Fabián Tomasi, tiene 49 años y se encargaba de cargar los aviones fumigadores, pero confiesa que nunca trabajó con protección. Su cuerpo es piel y hueso, no puede caminar bien ni comer sólidos.

Los médicos le diagnosticaron «polineuropatía tóxica severa» y le dijeron que moriría en seis meses. Se trata de una enfermedad estimulada por el sometimiento constante a los productos químicos y asegura que se todavía se mantiene vivo porque desea testimoniar cómo se arruinó su vida. Habita en una casa de Basavilbaso que está rodeada de plantas y macetas junto a su hija de 20 años y su madre de 80. «Mi cuerpo está intoxicado por los químicos, tengo las funciones severamente disminuidas en ambas manos, piel a tensión sin huellas digitales, dificultad para comer y múltiples nódulos» de calcio con veneno encapulsado y estoy muy flaco»; cuenta Tomasi, quien comenzó a trabajar en el 2005 como apoyo terrestre en la fumigación áerea.

«Empecé a trabajar en negro y ni siquiera tenía la ropa necesaria para hacer el trabajo. Nunca pensé que iban a descuidar tanto. Yo tenía que abrir los envases que me dejaban al costado del avión, volcarlo en un tarro para mezclarlo con agua, y enviarlo al avión a través de una manguera. Cuando hacía calor, nosotros trabajábamos en pata y sin remera, y comíamos sandwiches de miga debajo de la sombra del avión»; relató el hombre que tiene ganas de llorar de la impotencia y la bronca contenida. Las cosas comenzaron a estar mal y los médicos no le decían que tenían. Su caso se convirtió en un símbolo de la lucha contra el glifosato y también su foto ilustra la tapa del libro «Envenenados» de Patricio Eleisegui, uno de las referentes de la lucha contra los tóxicos.

«Esto tiene que pararse para que no haya más casos como el mío. La gente se derrumba de cáncer; yo he visto a mi propia hermano, a niños morirse de esto, a mí no me la contaron. Soy la sombra de un castillo de arena que no es exitoso, que nos está matando a todos»; completó Tomasi.

 

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