Carnaval de barrio, esa señal de identidad

3
Compartir

«La apropiación del carnaval visibiliza los rasgos de integración.  Entre las máscaras de plástico, adornos de celofán y vestidos con lentejuelas hay una descripción incompleta de la comparsa barrial…»

10429421_10205907056933992_6022116396004755702_n

Por Pablo Callejón

El carnaval nace en los barrios y allí adquiere identidad. Con los pies descalzos sobre las calles de Jardín Norte, en la copa de leche de Ranqueles ó en la cadencia murguera del paseo en el Andino se advierte el ADN de la celebración festiva. No es un resultado antojadizo o fortuito. La apropiación del carnaval visibiliza los rasgos de integración.  Entre las máscaras de plástico, adornos de celofán y vestidos con lentejuelas hay una descripción incompleta de la comparsa barrial. El corsódromo es solo el acto final de numerosos encuentros con largas tardes de ensayo y noches al amparo de una máquina de coser.
Cuestionar su valor como espectáculo desde la matriz que imponen Gualeguaychú, Arias ó el carnaval de San Luis no solo reduce  su expresión artística, le quita también la esencia, su razón de ser. La fiesta carnavalera en Río Cuarto solo puede entenderse en la impronta que generaron vecinales, organizaciones sociales y de contención artística, con el saludable aval del Estado. Barajar y dar de nuevo, como aspiran aquellos que aguardan ver el paso de comparsas con ostentaciones cariocas, emerge como una presunción clasista y desnaturalizada. Mejorar el carnaval es una necesidad que no puede imaginarse en una refundación, sino en la consolidación de sus patrones genéticos.
La mística está en los aromas de una merienda colectiva al amparo de una calle sin atardecer. En la batucada que gana las esquinas y aturde el pedido por un faso. Y en esas rondas de baile al compás de un juego de quimeras.
Las descalificaciones cargadas de insultos racistas que comenzaron a multiplicarse desde anoche a través de las redes sociales, buscan desvalorizar el carnaval que parió la barriada de sectores humildes y promueven un peligroso debate, abiertamente reprochable. El listado de mensajes “acusatorios”, fundamentalmente en Facebook, podría no entenderse como la postura de una mayoría aunque actúa como severa advertencia del análisis que algunos quieren realizar sobre el carnaval y sus protagonistas. Es un intento por vapulear expresiones genuinas, apelando a un escenario de virtual impunidad.
El carnaval necesita ser mejorado sin desbancar de un plumazo los méritos alcanzados. Incentivar el financiamiento de las organizaciones, promover talleres de formación artística, estimular la participación de otras entidades, garantizar mejores condiciones de seguridad y redefinir la gama de artistas invitados como cierre de cada noche, son parte de un debate en el que el Estado no debería quedar solo. La injustificable incomodidad que debió padecer el público que quedó detrás de las vallas en el sector norte ó  el escaso espacio destinado a la promoción del carnaval en su previa, son ejemplos de un análisis todavía pendiente.
A favor, se desprende el compromiso del municipio de recuperar el evento tras décadas de ostracismo, garantizando que sean los actores de cada murga y comparsa quienes le den valor a la expresión artística y cultural.
Consolidar el festejo como una política de Estado implica también la defensa de organizaciones comprometidas en evitar que los chicos sean solo actores de cambio para la marginalidad, el ocio, la droga ó el abandono social.
Aparece como un acierto concebir el carnaval con la lógica de quienes lo protagonizan, sin imposiciones faltas de identidad. Hallar al municipio, el Concejo Deliberante, las organizaciones sociales y entidades barriales en una misma composición de esfuerzos aparece como un bien escaso que debería ser preservado.
La masividad del corsódromo es solo la excusa final de un carnaval que nace desde la irreverencia barrial y allí deberían encontrarse las razones para volver a empezar.

En Facebook: Pablo Callejón
Mail: callejonpablo@yahoo.com.ar
Twitter: @callejonpablo

Commentarios

commentarios

Compartir

3 Comentarios

  1. cuanta razon pablo ami me gusto mucho el carnaval y hay que seguir acompañando el crecimiento de cada comparsa

Dejar una respuesta