Lo dijo Gabriel, padre del adolescente de 13 años que murió tras recibir un disparo de escopeta, cuando se encontraba con un grupo de amigos en una casa de Banda Norte
«Quiero Justicia, pero nada me devuelve a Joaquín» Lo dijo Gabriel Lucero, padre del adolescente de 13 años que murió tras recibir un disparo de escopeta, cuando se encontraba con un grupo de amigos en una casa de Banda Norte, a metros de la rotonda Seminario.
El conmocionante episodio ocurrió a las 4 de la madrugada del domingo, en la vivienda ubicada en Guatemala al 200.
«No hay explicaciones. Se juntaban y se divertían con amigos. A veces salen sin permiso y pasan estas cosas. No se cuidan ellos mismos, hacen cosas que no deben y no entienden el peligro», resaltó.
El hombre dijo que pudo hablar con los chicos que estaban en el lugar. «Según dicen ellos no hubo ninguna pelea, sería un accidente», destacó.
Sin embargo, admitió que hubo una discusión previa: «El pibe que tenía un arma le pidió un cigarrillo y mi hijo le dijo que no tenía. La escopeta sería del dueño de casa. No sabemos si la sacó jugando ó la retiró para amenazar a Joaquín».
«No conozco – a quien disparó -. No sería del grupo, sino alguien nuevo. Mi hijo nunca me comentó sobre armas. Ellos se juntan y están en una edad donde no cuentan mucho. Empiezan a distanciarse. Yo siempre quise saber lo que hacía, con quien estaba», resaltó.
Gabriel destacó que espera «que se haga Justicia por lo que pasó». «No puedo decir que quiero al otro chico encerrado toda la vida porque a Joaquín no me lo devuelve nadie… Pero, que se haga Justicia, que se aclare lo que sucedió y que pague lo que deba pagar», enfatizó.
Inimputable
Los investigadores intentan determinar si el hecho fue accidental ó intencional, aunque testigos indicaron que previo al disparo hubo “una discusión por un cigarrillo”. De todos modos, el presunto autor -quien ya fue identificado- es inimputable.
La víctima, identificada como Joaquín Lucero, quien recibió un tiro de escopeta calibre 12 que le dio en el cuello y el rostro.
En la vivienda se encontraban siete adolescentes de entre 13 y 15 años y una persona mayor de edad, abuela de uno de los chicos.
El autor del disparo habría bajado de la planta alta una escopeta que conservaba su papá y la habría manipulado cuando se encontraba con el grupo de chicos.
El juez de Menores derivó el caso a la secretaría de la Niñez Adolescencia y Familia (Senaf), bajo cuyo resguardo quedó el menor de 15 años.