Es clasificada así porque botánicamente es una verdura, pero en la década de 1940 fue designada en Estados Unidos como una fruta. Sólo se puede consumir el tallo, el cual es parecido al del apio pero presenta colores entre el verde y el rojo. Las hojas contienen ácido oxálico, que es tóxico, por lo que no son comestibles en ningún tipo de preparación. Es una gran fuente de fibra (1,8 g/100 g) utilizada para el tratamiento del estreñimiento, por lo que es un laxante natural. Aporta alrededor de 20 calorías cada 100 gramos y tiene un sabor ácido-dulce con una textura crocante.
En sus micronutrientes, se destacan minerales como el calcio y el potasio. En cuanto a sus vitaminas, contiene la E, vitaminas del complejo B.
Si bien es considerado un antioxidante natural, el ruibarbo es poco utilizado en nuestra alimentación y, además, difícil de encontrar. Puede consumirse como mermelada, almíbar, dulce o ingrediente de repostería. También como infusión o crudo y en preparaciones saladas, cortado en juliana, picado como parte de una salsa o aderezo y también en tortillas o guisos. Es una alternativa diferente para sumar antioxidantes y nutrientes saludables a nuestras comidas.
Fuente La Voz del Interior
Horacio Vivir Mejor