Un proyecto inmobiliario aprobado entre gallos y medianoche. La renuncia de dirigentes. La injerencia de funcionarios provinciales. El éxito cercano y la polémica tras caer en el clásico.
Un proyecto inmobiliario aprobado entre gallos y medianoche, la renuncia de dirigentes con peso en la institución y la injerencia de funcionarios provinciales fueron la antesala de un proyecto liderado por Roberto Gualtieri, que intentó revolucionar la vida de Estudiantes y comienza a mostrar fuertes grietas.
El éxito cercano por la final que dejó al celeste al borde del ascenso al Argentino A, confronta con los dichos de Ricardo Dillon, entrenador del equipo, quien lanzó duras críticas a la dirigencia apenas dos partidos después de iniciar el Torneo Federal B.
Tras la derrota frente a Atenas, Dillon lanzó: «esta semana habíamos quedado en juntarnos con los dirigentes para arreglar situaciones económicas, pero no apareció nadie, salvo Russo y Bonetto».
«Quizás los jugadores lo podrán decir mejor. Uno está en la misma situación que ellos. No me gusta que previo a un clásico los teléfonos no se contesten. Fue una semana inoportuna para hacer estas cosas… Acá no hay que tener miedo de no poder pagar. Hay que tener el apoyo y hay que conversarlo», enfatizó.
Dillon consideró que lo sucedido «no es lo ideal», aunque aseveró: «no le puedo reprochar nada a la entrega de los jugadores».
«Ellos no dieron respuesta de ningún tipo. Tienen que reveer institucionalmente los dirigentes y tomar el bastón. Nosotros debemos ocuparnos de los futbolístico», expresó.
Estudiantes intentó mantener la mayoría del plantel que se consolidó como fuerte candidato en el torneo anterior y los dichos del técnicos sorprendieron durante la conferencia de prensa.
Sin embargo, suman otro capítulo en una secuencia de contratiempos que tuvieron a la dirigencia como protagonista. El año pasado, en medio de la salida de algunos referentes de la conducción del fútbol no fue Gualtieri quien intentó llevar calma sino que la conferencia de prensa estuvo impulsada por Hugo Irusta, dirigente y responsable de la comunicación del Gobierno de Córdoba en Río Cuarto.
A paso lento
En diciembre de 2012, en asamblea extraordinaria, Estudiantes aprobó un proyecto inmobiliario y hotelero que implicaría una inversión de 10 millones de dólares, a desarrollar en el actual predio de la sede social del centenario club.
Los socios reunidos modificaron varios artículos del estatuto social para permitir la inversión inmobiliaria que incluye una nueva sede y un museo de Estudiantes, la construcción de un colegio secundario del club con orientación en Educación Física, y un complejo hotelero y comercial en dos años de plazo. Las obras, sin embargo, avanzan a paso muy lento y generan dudas.
El hotel se preveía cuatro estrellas superior, con un salón de eventos para 300 personas, gimnasio y pileta entre otros servicios, similiar a una iniciativa similar que se puede ver en Balcarse.
Gualtieri había indicado que el grupo inversor está formado por cuatro socios cordobeses: dos de Villa María, uno de General Levalle y uno de James Craik.
La medida incluía debajo de la tribuna grande de la cancha de fútbol un paseo comercial, salones y oficinas móviles.
La asamblea que aprobó la medida modificó el Estatuto Social en los artículos 3°, 5°, 39° inc. m), 50°, 56°. Estuvo presidida por Roberto Gualtieri (Presidente de la Institución), Mario Mura (Vicepresidente 1ero), Eduardo Matteoda (Tesorero) e Ignacio García (Prosecretario). Mura ya no forma parte del club.