El atleta veterano

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No es inmune a lesiones y enfermedades, de aquí se desprende la imprescindible necesidad de chequear su salud a tiempo y responsablemente.
Se han demostrado innumerables beneficios proporcionados por la actividad física, así como los inconvenientes que ocasiona el sedentarismo y, en determinada etapa de la vida se debe luchar contra el envejecimiento, las lesiones cardiovasculares, articulares y otros tantos enemigos de nuestro organismo.
En general, el deportista maduro no realiza una actividad demasiado intensa, sobre todo si se ha tomado afición a la práctica deportiva de grande, por eso, cuando no se realiza entrenamiento importante o una preparación adecuada, pueden aparecer problemas. También es imprescindible una buena alimentación a fin de mejorar la performance y optimizar el estado de salud; la dieta deberá incluir proteínas, carbohidratos, grasas con limitaciones, pero sin excluirlas ya que estas grasas son la fuente base de energía; deberá aportar vitaminas y minerales que juegan un rol importante en la protección del daño muscular inducido por esfuerzos por la practica deportiva, y por último la hidratación que deberá tenerse en cuenta como factor primordial para evitar el agotamiento y proteger a todo deportista del golpe de calor; si bien beber líquidos antes, durante y después de la actividad física, es importante en todas las edades, en el atleta mayor deberá enfatizarse ya que con la edad disminuyen las funciones fisiológicas incluyendo la de regulación de la temperatura corporal, con más cuidado aún si se toma medicación como ser diuréticos, vasodilatadores o remedios cardíacos.
Por otra parte se debe tener en cuenta que estadísticamente entre los 25 y 75 años de edad, el porcentaje graso aumenta del 15% al 40% del peso corporal total, la masa muscular va disminuyendo gradualmente y son menos elásticos porque va perdiendo elastina y se va llenando de colágeno, motivo por el cual se producen más desgarros que antes y no olvidemos que una lesión en esta etapa, entra por kilos y se va por gramos. La realización de actividad física con regularidad, permite tener músculos aptos para la práctica deportiva.
Como ley fundamental se deben realizar por lo menos 10 minutos de precalentamiento y 5 de elongación; justamente la diferencia entre gimnasia y esfuerzo está dada por ese precalentamiento; se ha comprobado que siguiendo un programa de entrenamiento aeróbico, de por lo menos dos veces por semana la grasa del organismo disminuye casi un 20%, en especial la intra-abdominal, aquella que da la antiestética «panza» y también reduce el riesgo de padecer trastornos coronarios e hipertensión arterial.
Toda edad es buena para los deportes siempre y cuando prime el sentido común, prestando atención a los cuidados necesarios, reduciendo de lesiones y acelerando el proceso de recuperación para no tener que dejar la cancha por mucho tiempo, manteniendo así una alta calidad de vida. Contrólese y cuídese, no se olvide que las leyes de la salud no se violan impunemente y la primera competencia que Usted debe ganar es la de conservar su integridad.

Fuente www.furmanenlared.com.ar

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