Opinión- «Gesto de servicio»

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jorge mendez

“Si el Turco no se decide, el estado de las calles nos lleva puesto a todos”, advirtió por lo bajo un funcionario municipal varios meses antes de la reforma en el gabinete que terminó oficializándose el pasado viernes. No es el único déficit en el muestrario de fallas de los servicios, aunque la multiplicación de baches generó un estado irascible que se extendió por toda la ciudad. Al deterioro de las más de 4 mil arterias de tierras, se sumaron las roturas en las calles asfaltadas, incluso las que fueron pavimentadas recientemente. El problema está allí, inocultable, como una referencia persistente de la calidad de gestión. Tampoco funcionan a pleno las luminarias, ni los semáforos. Los espacios verdes oscilan entre el abandono y las intervenciones precarias y Cotreco es una pobre copia de Gamsur. El problema no es reciente, ni está ligado a la mala fortuna por las inclemencias del tiempo. No fue el viento, ni el agua. No se trata del efecto previsible por la rigurosidad estacional. Los servicios perdieron su efecto mucho antes de las lluvias de verano.

Las pésimas condiciones de los nexos viales son la última escena de una secuencia con actores de responsabilidades visibles. Horas antes de anunciar la unificación de las secretarías de Servicios Públicos y Desarrollo Urbano, Jure compartió escenario con el secretario general del Sindicato de Trabajadores Municipales y funcionario a cargo del mantenimiento y mejora de las calles. Por su rol de aliado político con línea directa y permanente con el despacho del Intendente, Walter -Carranza es un dirigente al que se lo cuestiona por lo bajo, despachos hacia adentro. En el diagrama de cambios, el sindicalista es un intocable que garantiza “la paz social” con los trabajadores.

Jure expuso en Fabricio Pedruzzi las responsabilidades por el caos vial y lo designó en la flamante secretaría de Viviendas. El área le garantizará a Pedruzzi una exposición directa con la principal obra del gobierno municipal, aunque no podrá evitar el lastre que dejaron los frustrados planes anti bacheo. La magra calidad de los servicios públicos ya se había devorado a otro secretario jurista. Sergio Garnero dejó el cargo tras ser cuestionado por el estado de los espacios verdes y el crecimiento de micro y macro basurales. En su lugar llegó Jorge Méndez, un kirchnerista resistido por el radicalismo más ortodoxo.

Méndez se ganó la confianza de Jure tras encauzar el funcionamiento del EDECOM, un ente que emergía vaciado de credibilidad, sumido en internas políticas y sindicales y con antecedentes de graves irregularidades.
El desembarco K en Servicios Públicos derivó en “un shock intervencionista”, acompañado de un fuerte impulso publicitario, que alimentó la figura de “buen gestor” que le asignaron a Méndez.  Y aunque el Edecom nunca logró resolver las fallas estructurales en el tránsito en la ciudad, ni los espacios naturales de la ciudad hicieron olvidar el reclamo de quienes lo utilizan, surgieron mejoras parciales que evidenciaron sin tapujos la precariedad de otras prestaciones y de otras áreas de gobierno. En tiempos de escasez y urgencia, fueron motivos suficientes para que Méndez se convirtiera en el secretario con mayor exposición pública del municipio.

Jure sabe que tiene mejor imagen que su propia gestión. Lo sabía antes de la elección que le ganó al delasotismo y que lo posicionó como una voz de peso en la política provincial. La duda que surge en el Palacio de Mójica es cuánto margen aún persiste entre la aceptación por el carisma del mandatario y el creciente enojo de los contribuyentes. El deterioro de los servicios se profundizó a la par de un incremento sostenido en las tasas. Los riocuartenses pagaban precios medios por beneficios de calidad aceptable y hoy abonan tarifas más acordes al crecimiento inflacionario por prestaciones cada vez más deficitarias. Méndez prometió “esfuerzo, sin soluciones mágicas”, pero no contará con la tregua que suelen otorgar otros momentos políticos. Las elecciones municipales quedaron demasiado lejos y en el radicalismo comienzan a percibir con preocupación las secuelas de la bronca colectiva.

En el entorno de Jure confían en que los próximos meses permitirán reducir el malestar general por el estado de las calles, aunque admiten que otras prestaciones difícilmente logren superar la media de calidad hasta el final de la gestión. La apuesta por mejorar la recolección de residuos, el barrido, la semaforización y la iluminación callejera confrontan con un acuerdo de largo plazo, en el que Cotreco aparece poco dispuesto a grandes cambios y el municipio carece de instrumentos políticos para exigir mejoras sustanciales.

La inminente inauguración del primer tramo del plan de viviendas municipales será el verdadero relanzamiento del gobierno municipal. Jure podrá ostentar el cumplimiento –al menos parcial- de una promesa de campaña de fuerte impacto social. La crisis habitacional deriva en las capas media y baja en forma severa por la inaccesibilidad al crédito bancario y la ausencia histórica de ofertas estatales. El Plan Procrear se instauró como un instrumento efectivo para quienes cuentan con terreno propio, pero coteja con las limitantes de un mercado inmobiliario desvirtuado por la lógica sojera que impide la compra de lotes a precios razonables. Tampoco el Gobierno de Córdoba avanzó en mejores alternativas para quienes aspiran a la casa propia. El Plan Hogar Clase Media prevé construir unas 600 casas y no se advierten perspectivas de continuidad. Muy poco para una ciudad con miles de familias sometidas al rol de meros inquilinos ó víctimas del hacinamiento en villas que nunca dejaron de extenderse.

Y es en el déficit de los otros donde Jure logra fortalecerse. Con una oposición bulímica de referentes, inmersa en la disputa entre kirchneristas, delasotistas funcionales y ultra delasotistas, el gobierno municipal descansa sus limitaciones. Adriana Nazario, la dirigente con mejor imagen en el Justicialismo local tiene una nula intervención en la agenda riocuartense, y Juan Manuel Llamosas aparece siempre incómodo en ese rol que le delegó la Provincia, sometido a un segundo plano en las discusiones de la ciudad. Tampoco La Militante consolida una alternativa más allá de los internismos del Centro Cívico. La presencia de Franco Miranda y un grupo de dirigentes en la marcha contra el boleto solo desnudó las contradicciones de un reclamo vaciado de contenido. ¿Cómo pedir el congelamiento de la tarifa de colectivos urbanos y al mismo tiempo justificar la suba de la tasa vial, el costo de la energía que brinda EPEC y hasta el aumento del pasaje interurbano? La agrupación que responde a Nazario pretende asumir su legado si la primera dama decide no ser candidata en el 2016, un deseo voluntarista que no se resuelve desde la pegatina de afiches.

Jure parece despertar del largo sueño tras la victoria electoral y busca reactivar una gestión ausente de buenos anuncios. Recuperar el tiempo perdido exigirá, al menos, lograr que los riocuartenses puedan circular por calles medianamente aptas para el paso de los vehículos, que no provoquen recurrentes nubes de polvo ni se conviertan en una boca de lobos cada vez que cae la tarde. También deberá garantizar que las 2 mil viviendas no se evidencien solo como un proyecto entusiasta. Las lluvias dejaron más que el pantano en las calles y el mal tiempo dio demasiadas oportunidades para abrir a tiempo el paraguas. Es hora, de un gesto de servicio.

Por Pablo Callejón (callejonpablo@yahoo.com.ar)
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